En sus inicios, Arriba del Río o San Roque, como se conoce hoy en día, fue el epicentro del progreso de Barranquilla. Sus habitantes recuerdan que las calles eran adornadas por comerciantes, cada uno exponiendo sus productos y conquistando a sus clientes con el calor humano que hasta la fecha, aún los caracteriza.
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Este popular barrio hace parte de la localidad de suroriente, su extensión inicia desde la carrera 27 hasta la 38, y desde la calle 21 hasta la 39. Algunas de sus viviendas aún conservan la infraestructura colonial construidas por los extranjeros que se asentaron en la zona, entre ellos había turcos, árabes, alemanes e incluso chinos.
Otras por su parte, han sido remodeladas o en su defecto se han convertido en fábricas o centros de acopio de empresas de reciclaje.