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La vida de Andrés Martínez Zabaleta y su familia cambió hace nueve meses, cuando empezaron a ser blanco de extorsiones de Soledad. La 'matrícula inicial' que le exigían estos grupos delincuenciales eran $10 millones, y mensualmente la cuota oscilaba entre 400 o 500 mil pesos.

En su negocio aparecían panfletos intimidantes que lo obligaban a cerrar. Poco a poco, este flagelo fue tomando más fuerza y no era el único comerciante al que estaban exigiendo estas altas sumas de dinero.

Observando el cartel que llevó a la manifestación pacífica realizada la mañana de este miércoles, y que en letras negras fijaba la frase 'no más extorsiones', este comerciante aseguró a EL HERALDO que las pérdidas económicas por el cierre de su local son altas; sin embargo, era cerrar su local por unos días o exponer su vida y la de su familia.