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Los más de mil kilómetros de distancia entre Barranquilla y la fría Bogotá no fueron impedimento para vibrar con la ceremonia de posesión de Gustavo Petro como presidente de la República.

La Plaza de la Paz, enclavada en el corazón de la capital del Atlántico, fue uno de los puntos en los cuales se habilitaron pantallas gigantes para que los ciudadanos pudieran observar la transmisión de mando, que tuvo lugar en la mítica plaza de Bolívar.

Arropados con la bandera tricolor o portando elementos alusivos a la idiosincrasia colombiana, decenas de personas se concentraron en este espacio para 'celebrar la llegada del cambio' a la Casa de Nariño.

Helena Jiménez fue una de las personas que no pudo evitar que las lágrimas inundaran su rostro en el momento en que Petro realizó el juramento como nuevo mandatario de los colombianos.

'Esperamos que todo lo que Gustavo prometió, se cumpla. Mi corazón siente que vamos a tener un cambio, una justicia social y oportunidades para todos', resaltó la mujer, quien compartía con varios amigos y conocidos.