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Al inicio de la pandemia, Alberto vio el confinamiento como una oportunidad 'perfecta' para alejarse de las personas, debido a que venía presentando un cuadro de depresión desde 2019 que lo llevaba a no querer tener contacto con el exterior. 

'Comencé a meterme más en mi mundo y a disociarme de lo externo, al punto de que mi cuarto era una oscuridad para que no hubiera día en mi cuarto, no quería saber más nada. Cada día ese autoconfinamiento se alió con el real, comencé a consumir alcohol solo en el cuarto, llegó un punto en que ni siquiera la relación con mi novia me interesaba y comenzaron los problemas', comentó.

El alcohol se volvió un escape para él. En medio del trabajo desde casa consumía hasta 8 cervezas de litro, aunque en el fondo sabía que no estaba bien era su forma de olvidarse del pensamiento que le invadía su mente: 'Otra vez lo mismo de ayer'.

Comenzó a desarrollar una especie de conducta antisocial, puesto que al estar tan alejado de la mayoría de las personas o la sociedad y solo verse con su mamá y su novia, al salir a la calle después de varios meses, no sabía cómo comportarse, se olvidó de cómo interactuar con los demás.