Compartir:

Para los habitantes de San Vicente la inseguridad en el barrio se ha convertido en lo que ellos denominan como 'un constante dolor de cabeza', pues, según reportaron a través de la línea Wasapea a EL HERALDO, en lo que va corrido del año han sido robados más de seis medidores de agua en distintos edificios de esta zona de la localidad de Riomar.

Los vecinos de este barrio explicaron que lo 'más grave' de la problemática es que al robar estos contadores que pertenecen a propiedades horizontales, todos los residentes de dicha propiedad se quedan sin el servicio de agua hasta por 48 horas mientras se repara el daño, el cual es 'bastante costoso y tedioso'.

Adolfo Gazabon, habitante del edificio Milemar, ubicado en la calle 86 con carrera 52, precisó que pese a que en su edificio intentaron llevarse el medidor de agua, el vigilante alcanzó a percatarse de lo que estaba sucediendo y 'espantar' al ladrón. Frente a lo reiterativo de la situación, los moradores del edificio decidieron utilizar cemento y varillas, para así 'dificultar' el robo.

'Con todas estas tuberías que se roban nos afectan mucho porque cuando se comienza a botar el agua son demasiados metros cúbicos que salen por segundo y eso se convierte allí en un pequeño río', dijo Gazabon.

Este es solo uno de los barrios que se ha visto afectado con esta problemática, pues según la empresa de servicios públicos Triple A, el hurto de estos equipos registra un aumento del 134% con respecto al año anterior, ya que en lo que va del 2021 se han presentado un total de 316 robos de medidores en Barranquilla, 'una cifra alarmante' comparada con los meses de enero y febrero de 2020 en el que fueron hurtados 135 de estos equipos de medición.

 Estos hurtos se deben a que los materiales como cobre, bronce y piezas metálicas son los componentes que hacen atractivos a los medidores de agua para su hurto y comercialización en bodegas de reciclaje.

La compañía precisó que cada vez que estos dispositivos son robados se generan fugas, la pérdida de agua potable y la interrupción del servicio en el predio. Además del cambio en el cronograma de trabajo de las cuadrillas para la atención de otros reportes hechos con anterioridad, como también el recurso económico del usuario.