El reciclador tiene mala fama, no nos podemos decir mentiras porque hay unos que van con la maldad o consumen drogas, pero hay otros que trabajamos de manera honesta para sacar adelante a nuestra familia'.
Así lo expresó Álvaro Charris, quien reside en Barranquilla hace 22 años y encontró en esta ciudad la oportunidad de hacer una nueva vida en compañía de su esposa y mejorar su calidad de vida con el sudor de su trabajo como reciclador, una actividad que este primero de marzo, es homenajeada en el país, en cumplimiento de la Ley 511 de 1999, que decreta el Día Nacional del Reciclador y del Reciclaje.
Charris, nacido en Ciénaga (Magdalena), se dedicó a trabajar durante muchos años en la Zona Bananera, donde lo que ganaba no le alcanzaba para su diario vivir, hasta que un día su suegra, quien vivía en Barranquilla, le ofreció quedarse a vivir en su casa para que la cuidara porque se iba a mudar.
'Me dijo que se iba a mudar, que iba a dejar la casa sola; entonces, me entusiasmé y me mudé a Barranquilla a ver qué hacíamos, si cambiábamos de vida', dijo.
Una vez en la ciudad, comenzó la tediosa tarea de buscar empleo y al no conseguirlo uno de sus compadres –quien también se dedica a la labor– le ofreció enseñarle sobre lo que podía ser reutilizado, y desde entonces se ha dedicado a este oficio.
En sus primeros años de trabajo su día de trabajo comenzaba a las 4:00 a. m. –los días que el camión de la basura salía a recoger los desechos por las calles– y terminaba a las 5:00 p. m.
'Yo caminaba por las calles de Barranquilla. Empezaba en el barrio El Prado o en Boston y duraba todo el día reciclando en la zona. Nadie me conocía en ese tiempo y así me la pasaba, dándole con la carretilla que todavía uso', señaló.
Con el pasar de los años, ejercer el oficio comenzó a ser cada vez más común y más con la llegada de los migrantes venezolanos, quienes al no conseguir oportunidades laborales también terminaban recorriendo las calles por horas y escarbando en la basura para vender lo reciclable, y así poder llevar dinero a sus casas; lo que hizo que la cantidad de material encontrado disminuyera; por lo tanto, sus ingresos también.