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En el Atlántico existen humedales que hacen parte integral de las cuencas hidrográficas, también complejos de bosques secos que son considerados de gran importancia desde el punto de vista hídrico y biológico, áreas que cubren una amplia zona del sur y oeste del departamento.

Para el Sistema Regional de Áreas Protegidas (Sirap) no se trata simplemente de una sumatoria de ecosistemas, sino de una unidad funcional en donde cada elemento es importante para la conformación de un sistema integral natural.

Para lograr esa dinámica de conservación y cuidado se eligieron seis áreas que comprenden 20.302 hectáreas de extensión.

Dentro de esos territorios se encuentra el complejo de bosques secos del corredor Turbaco-Canalete-Tubará; en este punto de mayor extensión hay 7.292 hectáreas. También están los humedales y bosques secos del Embalse del Guájaro, que suman 5.594 hectáreas. En el complejo cenagoso El Uvero, ubicado en Ponedera, se habla de proteger 2.602 hectáreas, mientras que en las ciénagas del Canal del Dique se identificaron 306. Asimismo, en la ciénaga El Totumo y La Venia hay 4.478. Por último está Galerazamba con 30 hectáreas.

En algunos casos, los ecosistemas, aunque aparecen ubicados geográficamente en Bolívar, 'son prioridad para el Atlántico por encontrarse en sus límites y tener continuidad con sus áreas naturales', sustenta Adela Patricia Castro, secretaria ejecutiva de Sirap.

Por ejemplo, en el caso de la ciénaga El Totumo y La Venia, el 72.1% del área prioritaria se encuentra en el Atlántico y el 20.9% en Bolívar.