Wilmer Jiménez no utiliza taxi, no acude al servicio colectivo, no usa Transmetro y mucho menos carro particular. Desde hace más de un año, para llegar a su lugar de trabajo emplea todos los días la bicicleta; por esa razón, según afirma, lo más importante es ser un buen actor de tránsito y cumplir con las normas que regulan el uso de la bicicleta, que se ha convertido en un medio de transporte y parte de la cultura vial de la ciudad.
La prudencia es su máxima. Para Jiménez, violar las normas de tránsito no está en su mente, porque al chocar o tener cualquier tipo de accidente en su bicicleta 'no solo será un raspón', sino que puede 'perder la vida'.
Este ciclista asegura que uno de los principales retos que tiene al utilizar la bici como medio de transporte es mantener la distancia de los taxis, buses, carros y hasta motos, pues tiene claro que los biciusuarios corren el riesgo de ser arrollados ante cualquier imprudencia, especialmente si no utilizan los bicicarriles que ha establecido el Distrito para desplazarse a diferentes puntos de la ciudad.
'Voy al trabajo todos los días a las 7:00 a.m. y me regreso en la noche. Yo uso mi chaleco reflectivo, casco y tengo las luces en la bicicleta. Yo intento ser lo menos atrevido posible cuando manejo, porque uno sabe que un accidente en una bicicleta no es algo fácil, puede ser un accidente que cueste, incluso, la vida y por eso hay que respetar las normas', expresa Jiménez.
Sin embargo, el caso de este ciclista no es justamente el común denominador en la ciudad. En medio de la cultura de la bicicleta, que se ha incrementado en los últimos meses, se ha evidenciado que muchos ciclistas violan las normas de tránsito, exponiéndose a los peligros de la vía.
Una de las imprudencias más recurrentes es el uso de las vías por donde tienen prohibido circular. Por ejemplo, transitan por la carrera 46, una de las troncales de Transmetro, pese al peligro al que se exponen y los problemas de movilidad que ocasionan.
Un ciudadano, que prefirió guardar su identidad, envió un mensaje a la línea Wasapea a EL HERALDO en el que relata que en días pasados estuvo a punto de enfrentar una tragedia por la imprudencia de un ciclista. Según su versión, el incidente se registró en la carrera 46, entre calles 57 y 59, cuando estuvo a punto de arrollar un bicisuario que se había estacionado en una zona oscura de la mencionada dirección.