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El comercio no esencial comienza a ver una luz luego de ser una de las actividades que suspendió la atención presencial hace algunas semanas para evitar la propagación del nuevo coronavirus en Barranquilla.

Este anuncio ha despertado 'sensaciones contradictorias' en Andrés Urrea, propietario de un local en centro comercial del centro. Aunque la posibilidad de volver a ejercer su oficio en el mediano plazo lo llena de esperanza, en su cabeza se incrementan las preocupaciones debido a los compromisos económicos que no ha podido cumplir.

El hombre, quien gran parte de su vida se ha dedicado al comercio en la zona céntrica de la ciudad, sostuvo que desde hace varias semanas han establecido los respectivos protocolos de bioseguridad (ver recuadro) para poder trabajar.

'Hemos cumplido con los protocolos, lo que nos han pedido lo hemos hecho y lo único que queremos en este momento es igualdad de condiciones. Queremos que la reactivación sea en el menor tiempo posible porque las deudas no aguardan', expuso Urrea.

Como este comerciante, los propietarios y trabajadores de los locales dedicados al comercio minoritario solo esperan que corran los días y que se cumpla el compromiso de poder volver a abrir las puertas al público.