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Tres días después de haberse registrado la emergencia en un sector del barrio Rebolo, por el desbordamiento del arroyo Hospital, la Alcaldía de Barranquilla –a través de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI)– ha atendido la situación desde dos frentes: el social y el de obras.

El director de la ADI, Alberto Salah, aseguró que han entregado ayudas a las cien familias afectadas por la emergencia para mitigar el impacto causado. Se ofreció a los damnificados alojamiento en hoteles, pero solo 20 –entre niños, personas discapacitadas y adultos mayores– accedieron al traslado.

'Hubo muchos que no quisieron aceptar la propuesta porque tenían miedo de que les fueran a robar las cosas que les quedaban', explicó el funcionario.

Salah afirmó que desde hace dos días se trabaja en la limpieza de las viviendas, tanto en la parte interna como externa, para mejorar las condiciones de las familias.

'Nosotros hemos estado ahí, hemos estado pendientes de sus cosas, hemos estado trabajando con ellos de la mano', añadió.

Para definir cómo serán repartidas las ayudas, dijo que van a hacer una caracterización de las cosas que tenían las personas y que perdieron, para buscar la manera de auxiliarlos equitativamente y que todos reciban beneficios en la medida de las proporciones de las cuales fueron afectados.

'El propósito no es darles más a unos que a otros, pero sí a los más afectados que otros. Entonces, en esa medida queremos ser lo más equitativos posible y brindarles una solución', explicó el director de la ADI.

Las familias sufrieron daños de electrodomésticos, muebles, colchones, entre otros elementos del hogar.

La obra

Salah explicó que la emergencia se presentó por un taponamiento de agua a la altura del Caño de la Auyama, ocasionado por la fuerza de la corriente y las basuras que arrastraba el arroyo, y no por algún defecto de la obra. Recordó que la canalización viene funcionando desde el año pasado, cuando fue entregada, y no había registrado ningún problema.

'El arroyo funcionó bien hasta donde pudo su capacidad, es un canal que venía funcionando bien', resaltó.

Además, señaló que el canal está sobredimensionado porque se diseñó para soportar precipitaciones de cerca de 160 mililitros y la que cayó el martes fue de 80 mililitros.

Aseguró que durante las labores de limpieza del arroyo, que podrían terminar hoy, han encontrado todo tipo de desechos que arrojan las personas cuando llueve.

Salah indicó que, para evitar que se presenten situaciones como la del martes, no solo es necesario recoger los desechos, sino reestructurar –con el contratista– la parte final de la canalización, donde desemboca el arroyo en el Caño de la Ahuyama, para que tenga una salida perpendicular o paralela a la dirección de la corriente para que el líquido fluya con menos presión.

Afirmó que este trabajo se va a desarrollar dentro de la misma dinámica del contrato que ya tienen. Aseguró que esta fue una situación imprevista y que lo que podrían hacer es un acta modificatoria en caso de que sea necesario.