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Aunque el confinamiento por el coronavirus ha generado traumas en la población mundial paradojicamente ha permitido que el medio ambiente deje de recibir la contaminación producto de la constante actividad humana.

La ausencia de ruido, de emisiones de gases y de otro tipo de contaminantes producto de la reducción de tráfico vehicular, de la baja producción de las industrias y de los residuos que han disminuido en las calles 'demuestra que los problema ambientales son causa del modelo de desarrollo y de los sistemas de producción de la sociedad'.

En varias capitales del mundo se ha evidenciado una mejora en la calidad del aire, en Barranquilla, por ejemplo, se ha reducido la concentración de material particulado.

De acuerdo con Barranquilla Verde, las estaciones de monitoreo en las que se presentan usualmente valores elevados han mostrado una baja de estos contaminantes.

Se ha observado una reducción de contaminantes en la atmosfera, como lo es el Monóxido de carbono (CO) que se redujo un 60% en la estación de la policía localizada en la Circunvalar, pasando de 309.007µg/m3 a 121.558 µg/m3;en cuanto al material particulado también se ha visto una reducción, PM10 paso de un promedio de 58.22 µg/m3 desde el 01 al 15 de marzo a 47.2 µg/m3 desde el 16 hasta el 30, lo que constituye una reducción del 18,9% y PM2.5 paso de 16.16 µg/m3 a 12.55 µg/m3, una reducción del 22,3% en el mismo periodo de tiempo.  

La reducción de estos contaminantes, se puede relacionar con la disminución del tráfico vehicular.

El biólogo, ambientalista, investigador de Colciencias y vicerrector de la Universidad del Atlántico, Luis Carlos Gutiérrez, declara que no es necesario que la gente esté escondida para que la naturaleza retome su espacio, pero que sí es importante revisar las actuaciones de los humanos y su relación con las especies y los recursos naturales.

'Este experimento expone algo que para nosotros los investigadores era imposible demostrar porque no podíamos parar una ciudad para evidenciarlo, y es que la contaminación de ciénagas, del mar y del aire son producto del mal comportamiento de las personas. El manejo inadecuado de los residuos y el tipo de combustible que mueven las industrias son un claro ejemplo'.

Para el biólogo es muy usual que hoy la gente pueda percibir la naturaleza, a través del canto de las aves, eso no significa que antes no estuvieran presente solo que era más difícil de identificarlas porque el tráfico y el bullicio las anulaban.

'Estamos acostumbrados a convivir con mucho ruido, por eso hoy estamos escuchando a la naturaleza que siempre estuvo con nosotros y que no éramos capaces de oír, en otros casos porque también hay animales silvestres que se ocultan porque identifican el ruido como sinónimo de riesgo'.

Esto permite entender por qué tantas especies han salido de sus refugios para invadir avenidas, parques y zonas que antes de la cuarentena eran acaparadas por humanos.

Además concientiza sobre el bajo riesgo que representan estos animales y que según el biólogo en ningún caso se deben atacar. Por eso recomienda que ante la presencia de especies como la boa, que apareció hace unos días en el Gran Malecón del Río o de otros lagartos y mamíferos, se debe dar aviso a la autoridad ambiental.

El mar es otro ejemplo de cambio, en los últimos días se ha podido observar aguas más limpias y menos turbias en algunos playas de la Región Caribe.

A las plantas también las beneficia que la atmósfera esté más limpia, pues el smog que disminuye con el bajo flujo del parque automotor permite que las plantas hagan mejor su proceso de fotosíntesis.

Calidad del aire. El presidente la Sociedad de Ingenieros Químicos, Oswaldo del Castillo, explica que el dióxido de carbono, el azufre, el metano y el óxido de nitrógeno son algunos químicos que afectan el ambiente y que provienen del parque automotor y de fábricas cuya infraestructura tienen calderas.

'El 70% de la contaminación de las ciudades se debe al transporte, por eso al disminuir el movimiento de vehículos por consiguiente disminuye la concentración de carga de contaminantes como material particulado, gases y residuos'.

A principios de marzo la Nasa y la Agencia Espacial Europea publicaron imágenes satelitales que muestran una caída entre enero y febrero de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire de China, luego de oficializar varios periodos de cuarentena.

En las imágenes se pudo observar concentraciones de este gas nocivo emitido por los motores de vehículos, centrales eléctricas e industrias.

'Hay evidencia de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que siguió al brote de coronavirus', dijeron ambas agencias en un comunicado.