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La hija de Cindy Rico estaba 'un poco asustada'. No porque el avión en el que viajaban hubiese perdido una turbina y tenido que aterrizar en otra ciudad, sino porque esa era su primera vez volando. A ambas se les vio salir ayer, de la mano y tranquilas, del Aeropuerto Ernesto Cortissoz luego de que el vuelo de la empresa Avianca número 8484, que cubría la ruta Bogotá-Santa Marta, llegara de emergencia a Barranquilla tras presentar 'fallas técnicas'.

La emergencia se registró cerca de las 9:00 de la mañana cuando los 118 pasajeros del Airbus A319-115 –que a esa hora sobrevolaba la región Caribe colombiana– escucharon de voz del piloto que los planes de llegar a la capital del Magdalena tendrían que cambiar, al menos momentáneamente.

'En pleno vuelo, simplemente nos dijeron que había una falla técnica en el avión y que teníamos que aterrizar de emergencia en Barranquilla, pero nunca se sintió nada raro ni nos explicaron al final qué fue lo que pasó con el avión', dijo Juan Carlos Navia, quien viajaba a Santa Marta por turismo, cuando recorría uno de los pasillos del Ernesto Cortissoz en la mañana de ayer.

Con él coincidió Andrew Britell, un norteamericano que viajaba con dos de sus hijos hasta Santa Marta, con el objetivo de llegar, posteriormente, al Cabo de la Vela, en La Guajira.

'Hasta donde sabemos, hubo un problema hidráulico con la turbina del avión y estaba haciendo algo de ruido; entonces aterrizamos aquí y no hubo problema, solo el aterrizaje en otra ciudad. Ahora esperamos un bus que nos lleve a Santa Marta', explicó Britell.

Sin saberlo, los pasajeros habían asumido el cambio de ruta con tranquilidad, pero en cabina el piloto había pronunciado una de las palabras más temidas por pasajeros y tripulantes: Mayday.

Según confirmó posteriormente Aeronáutica Civil de Colombia, la aeronave 'se declaró en emergencia' por fallas, al parecer, en una turbina y aterrizó en Barranquilla, donde 'de inmediato' se activaron los protocolos de seguridad establecidos para atender ese tipo de situaciones.

La llegada, para los pasajeros, fue sin contratiempos, aunque admiten que el avión no estaba en la zona que le correspondería.

'Al aterrizar, el avión llegó hasta cierto punto bastante retirado y nos dijeron que nos quedáramos en los puestos porque tocaba llamar un remolque para traernos hasta la plataforma', contó a EL HERALDO Olga Lucía López, quien viajaba a playas samarias junto a su esposo, Fabián Díaz, para 'descansar unos días'.