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Maricella García es de la etnia Wayuu. Su vida transcurre entre su natal Sinamaica, en el estado Zulia de Venezuela, y Colombia. Entra y sale de los dos países dependiendo si quiere visitar a algún familiar, si necesita conseguir algún producto en específico o si tiene alguna diligencia pendiente.

Hace cuatro meses viajó hasta el departamento del Atlántico para visitar a su madre y sus hermanos, que hace años no veía, y regresó con la promesa de volver en compañía de sus nueve hijos que no conocían a sus parientes en el barrio Ciudad Paraíso de Soledad.

El pasado sábado cumplió su promesa y volvió junto a toda su descendencia en lo que sería un recordado encuentro familiar. Maricella García nunca imaginó que este viaje acabaría con varios días al interior de un hospital, que tendría que llorar por uno de sus hijos y mucho menos que tendría que volver con uno de ellos en un ataúd. 

'El lunes el niño amaneció hinchado y yo le dije: ‘papi te veo como cachetón’ y me preocupé por él. Al día siguiente amaneció hinchado también, el miércoles empezó a darle fiebre y el jueves decidí llevarlo de urgencias', asegura García, mientras carga a la menor de sus hijas en una silla al interior de la pequeña casa en la se encuentra viviendo, junto a su madre, hermanos y sobrinos.

La salud del pequeño Víctor Pérez García, de 8 años, empeoró y el pasado lunes los médicos del Hospital Adelita de Char le informan a la mujer que se 'espere lo peor y que avise a sus familiares'. Ese mimos día y luego de un paro respiratorio, el pequeño Víctor falleció. 

Ahora la preocupación de Maricella y sus familiares se enfocan en buscar recursos para trasladar al pequeño cuerpo a la tierra de sus ancestros. Según la madre, conseguir los $700.000 que le piden por el traslado hasta la frontera es algo casi imposible por sus escasos recursos y en medio de la angustia y el dolor por su pérdida visita casa a casa a varios de sus vecinos y con el acta de defunción en mano, como prueba, acude a la solidaridad de quienes conocer su caso.

'Yo no vine a dejar a mi hijo en estas tierras, yo me lo quiero llevar a nuestras tierras, a donde pertenecemos y por eso le pido a todos cualquier ayuda que me puedan dar', dice la mujer en medio de lágrimas.