Con dos semanas de anticipación, desde la tarde de este viernes comenzaron las pruebas de cargas en el nuevo puente Pumarejo, un examen con el que determinan las vibraciones y eventuales deformaciones de la estructura.
Las pruebas consisten en poner 14 volquetas de dobletroque cargadas de 23 toneladas casa una en varios puntos de los ramales de acceso al puente (Barranquilla- Palermo), para determinar el comportamiento del viaducto ante ese peso.
A través de 'un análisis dinámico y estático' (detenidos y en movimiento), los vehículos estarán simulando el paso regular del tráfico automotor.
Así las cosas, los exámenes permitirán la comprobación de la ejecución de las obras frente a las cargas normales de explotación, determinando si la obra se comporta según los supuestos del proyecto diseñado, garantizando con ello su 'correcta funcionalidad'.
Durante las pruebas, el tablero del puente puede bajar unos centímetros que están estipulados en el diseño, pero luego serán corregidos ajustando el sistema atirantado de la estructura.
En caso de encontrar alguna irregularidad, los planos de la obra serán enviados al diseñador 'para hacerle un ajuste a la estructura', pero la posibilidad de que se detecte una irregularidad en el puente es 'casi nula', debido a que durante toda la construcción la estructura ha tenido 'monitoreo constante' en varios puntos.
La primera fase de estas pruebas se harán en los ramales de acceso al puente de ambos lados (Barranquilla-Palermo y viceversa). En la parte atirantada del puente se prevé que las pruebas se realicen a comienzos de noviembre 'cuando el viaducto tenga todas las cargas de pavimentos y andenes'.
Este medio informó en abril que las pruebas se harían a comienzos de octubre y se extenderían hasta finales de noviembre.
El nuevo puente tendrá dos calzadas de tres carriles cada una. También 2,25 km de longitud, 1 km de viaductos y accesos, 3,2 km de andenes peatonales y otros 3,2 km de ciclorruta. La longitud del tramo atirantado es de 800 metros, y la longitud total es de 2.173 m, lo que lo convierte en uno de los puentes atirantados más largo de Colombia.
También se instalará a lo largo de los bordes de la estructura un sistema de barandas antivientos de 2,95 metros de altura, para brindar mayor seguridad a los usuarios que decidan cruzar a pie el viaducto y así minimizar los riesgos de caídas al río Magdalena.
La estructura, cuya inversión fue de $700 mil millones, tendrá un sistema de alumbrado convencional y luces ornamentales, el cual será instalado en varios puntos.
La semana pasada se realizó la unión total de la estructura que se tiene previsto sea entregada a finales de diciembre.