Manuel Sandoval es conocido en la esquina de la carrera 42 con calle 32 como el 'señor de los cocos', no en vano lleva 45 de sus 74 años de vida, vendiendo agua de coco en esta zona del centro de Barranquilla.
Manuel, es uno de los 56 vendedores que ayer recibió formalmente un módulo, que funcionará como un local, donde ubicará su enfriador y los escasos utensilios que requiere la venta de esta fruta tropical.
El vendedor dice que lo único que le inquieta de su nuevo traslado es que los clientes lo pierdan de vista y disminuyan sus ventas.
'Esta es una oportunidad para organizarnos y formalizar nuestro trabajo, llevo más de media vida en este lugar esperando mejores condiciones'.
Dania González, vendedora de cajas de madera, también hizo memoria de sus inicios en el centro y recordó cómo tuvo que sortear muchos aguaceros en su pequeño módulo de madera azul, diseño característico de los locales informales del centro.
'Los nuevos puestos se ven resistentes al agua, seguramente podré organizar mejor mi mercancía', dice González, quien heredó el negocio de su familia.
El mobiliario de 1.65 por 1.80 metros, ubicado en la zona peatonalizada que comprende la carrera 42 entre calles 30 y 32, hace parte del plan de recuperación del espacio público que lidera la Alcaldía, y que en sus inicios en el 2016 tuvo como objetivo recuperar seis tramos viales.
Los reparos
Aunque la mayoría de los beneficiados se mostró satisfecho con el nuevo local, otros hicieron reparos porque no se les ha garantizado la prestación del servicio de baños públicos y de seguridad.
'Cada ida al baño nos cuesta $700 pesos y si se suma ese valor por tres o cinco veces al día y se multiplica por el mes, el resultado deja un hueco para el bolsillo de todos los comerciantes', expresó Valdimiro Payares, vendedor de útiles escolares, quien también estrenará mobiliario.
Carmen Barrios, por su parte, puntualizó en la necesidad de mejorar la seguridad en esta zona del centro. La vendedora de una pequeña joyería dijo que al finalizar la tarde, el sector queda muy solo y los pequeños comerciantes temen por su seguridad.
'No desconocemos lo que están haciendo por formalizar nuestro trabajo, pero es importante tener condiciones dignas para ejercer nuestra labor', confirmó Manuel Mendoza, vendedor de productos de aseo.
Los que faltan
Richard Suárez, vendedor de libros, en los alrededores de la plaza San Nicolás, manifestó que son más de 200 trabajadores informales los que no tienen claro cuándo, ni dónde serán ubicados. El vendedor solicitó al Distrito mayor información para tener claridad sobre la situación particular de los que faltan.
Ante las dudas, el secretario de Control Urbano y Espacio Público, Henry Cáceres, aseguró que los 281 que están pendiente, tienen como fecha límite el 15 de septiembre. Y aclaró que con la nueva entrega se completan 122 módulos.