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'Si pudiera vender la casa la vendería, pero es que en estas condiciones quién me la va a comprar', dijo a sus vecinos uno de los residentes del barrio Chiquinquirá, en donde se adelantan las obras de canalización del Arroyo Hospital, uno de los más caudalosos de Barranquilla.

En la esquina de la calle 41 con carrera 31 es una 'piscina' de agua verde que se mantiene llena en medio de las viviendas del sector. El fuerte olor, el temor por posibles enfermedades y el peligro de caer en un hueco son los tres temores más grandes de los habitantes de la zona, quienes denunciaron que la problemática se ha presentado 'desde hace más de siete meses'.

Alrededor del agua estancada, empozada dentro de los trabajos de canalización, están los restos y materiales de trabajo, montones de arena y andenes rotos, a los que los transeúntes deben subirse para intentar cruzar la calle, a pesar de los desniveles, los huecos y las grietas. Algunas de las viviendas próximas han visto afectados sus cimientos y sus residentes, asustados, hicieron un llamado de 'auxilio' antes de que sus casas se hundan en la 'colorida piscina'.