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Los residentes de un sector del barrio El Edén están en alerta. 14 perros, los cuales habitaban junto a sus amos en viviendas de la zona, fueron envenenados en extrañas circunstancias. En un lapso de dos meses varias de estas mascotas han muerto ante un enemigo anónimo, pues los vecinos desconocen quién está detrás de los hechos.

En El Edén, un barrio de dos calles y cuatro carreras, sus pobladores han sufrido con creces las pérdidas de sus animales, pues en algunos casos envenenaron hasta a dos que residían en la misma casa que sus cuidadores.

Al parecer —según denunciaron los vecinos del sector— los ataques se habrían presentado de noche, entre las 7:00 y la 1:00 de la madrugada.

Como es un barrio pequeño —contaron—, y todos sus vecinos se conocen, los perros jugaban juntos y hasta se paseaban por el frente de las otras casas, en donde eran saludados y mimados por los residentes de la zona. Por esa razón, en el barrio manifestaron que no se explican cómo alguien del sector pudo haberlos envenenado, pues los animales viven en las casas y 'no le hacen un daño a nadie'.

Las causas del envenenamiento son desconocidas, pues los residentes del sector aseguran que no han encontrado rastros de alimentos extraños o de otras sustancias. Con respecto a los motivos, dicen que tampoco los conocen, aunque temen que se trate de 'una banda de ladrones preparándose para meterse a las casas'.

'Yo llegué del trabajo a eso de las 7:00 de la noche y él estaba normal, esperando que le diera la comida, como todas las noches. Después de comer se acostó, pero pasadas unas horas empezó a estrellarse contra las paredes. Así le ha pasado a varios perros de por acá', contó Aroldo Cervantes, residente del barrio El Edén.

Así como en su caso, en la casa de en frente también envenenaron a otro perro, que, según contaron los vecinos, fue la víctima del último ataque registrado. Chocolate, como lo nombró su ama, Orfelina Lobo, estaba escondido bajo una mesa, luego de haber sido tratado a tiempo y rescatado por varios residentes del sector cuando se dieron cuenta de lo sucedido.

'Cuando la gente vio que Chocolate estaba reaccionando igual que los otros perros que envenenaron, golpeándose contra las paredes, vinieron corriendo hacia acá gritando para que le diera leche, agua y comida. Eso hicimos y durante varias horas solo le di leche y él sacó lo que tenía adentro', manifestó Orfelina Lobo, comerciante del sector.

La última de las mascotas, Peluche, es estrictamente vigilada, no solo por sus amos, sino también por varios de los residentes de El Edén, quienes, incluso, le han cedido las bolsas de concentrado de los animales fallecidos para alimentarlo.

'Como ya no quedan perritos por acá los vecinos nos han cedido varias bolsas de concentrado. Incluso, si Peluche sale por ahí, ellos mismos lo alimentan y lo cuidan. Todos tenemos que estar muy pendientes por miedo a que le pase algo. No queremos que sea el número 15', dijo Delmis Castillo, su cuidadora.