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La entrada a los despachos de los Juzgados de Pequeñas Causas en Barranquilla da a un mostrador en el que se presta la atención al público que necesite resolver rápidamente asuntos de mínima cuantía.

Una joven que, mientras contesta llamadas, escribe en papeles y teclea en la computadora, atiende a todo el que se dirija a ella. De fondo, miles y miles de carpetas con documentos represados en una montaña de causas que ya no parecen tan pequeñas.

'No estamos recibiendo más casos', notifica la secretaria del Juzgado de Pequeñas Causas y Competencias Múltiples de la localidad Norte – Centro Histórico de Barranquilla, mientras continúa hablando por teléfono. 'Estamos congestionados y suspendidos desde que comenzó el año', explicará más tarde el juez de ese despacho, uno de los seis de esta competencia que tiene la capital del Atlántico.

Aunque la localidad antes mencionada represente la situación 'más compleja'–tiene 2.452 procesos sin tramitar–, la mayoría de sedes están atravesadas por la misma condición: no dan abasto, pese a que hayan sido creados justamente para evitar el colapso del sistema judicial.

Ese estado de congestión se traduce en unos 5.249 casos represados, hasta esta fecha, en los Juzgados de Pequeñas Causas y Competencias Múltiples y 3.688 en los Juzgados de Pequeñas Causas Laborales. Todos a la espera de una solución a su conflicto, que por ley no puede exceder los 40 salarios mínimos legales vigentes (24’640.000 pesos).

La problemática fue confirmada, en diálogo con EL HERALDO, por la magistrada Olga Lucía Ramírez, presidenta del Consejo Seccional de la Judicatura del Atlántico. La carga es tan elevada, dice, que ya hay una petición radicada para que sean creados tres nuevos juzgados que puedan responder la alta demanda.

'Los juzgados están congestionados porque tienen muchísimos procesos. Si vemos las estadísticas nos damos cuenta que la carga laboral es muy alta en cada uno de los despachos. Si tienen más de 500 casos, ya se considera congestionado', explica la magistrada.

Las causas

A los Juzgados de Pequeñas Causas, instaurados en Barranquilla hace tres años mediante el Acuerdo PSAA 15–10402 de 2015, llegan asuntos que no ameritan un proceso tan embrollado como el escándalo Odebrecht o el Carrusel de la contratación. Aquí se solucionan, entonces, los conflictos propios del ciudadano de a pie: las deudas no pagadas al banco, la restitución de un inmueble por la no cancelación del arriendo o los problemas que surjan a raíz de una sucesión de bienes, por poner algunos ejemplos.

'Suena a pequeñas causas pero en realidad son las grandes causas de las clases menos favorecidas. Tener una deuda de diez millones para la clase media no es nada menor, puede ser todo su capital el que esté en juego', explica Jairo Emilio Díaz, juez de Pequeñas Causas del Norte Centro Histórico.

En el caso laboral, se resuelven en gran medida los pendientes que ha dejado Colpensiones con el incremento pensional del 14% sobre su pensión de vejez por tener compañera permanente a cargo, así como demandas por acoso en el trabajo o incumplimientos de un contrato.

'Pero en términos generales nos quedamos cortos. El Gobierno ha tenido que irnos transformando porque hay más conflictos entre los ciudadanos de a pie que el resto de asuntos', agrega Díaz.

Congestión en cifras

De los seis despachos dedicados a las Causas Pequeñas y Competencias Múltiples, tres de ellos superan los 500 procesos sin evacuar. Mientras tanto, de las cinco oficinas de este mismo tipo, pero laborales, las cinco sobrepasan el mismo número, aunque en menor medida.

'El reparto es excesivo. El año pasado recibimos cerca de 875 procesos. Eso quiere decir que en promedio nos están llegando más de 80 demandas y excepciones de tutela al mes. La capacidad de respuesta es unas 50 audiencias al mes', manifiesta Édgar Orlando Medina, Juez I de Pequeñas Causas Laborales.

En ambos tipos de juzgados, el reparto de procesos pasa por cuatro manos. Los despachos están conformados por el juez, un secretario, un sustanciador y un citador.

'Salimos seis para hacer lo que hacían 31 juzgados. En este momento se está estudiando cómo fortalecer y que no estemos congestionados', agrega Díaz. Su despacho, asegura, es suspendido entre una y dos veces al año por colapso.

'Somos la localidad con más negocios de este tipo y se nos sale de las manos. Por eso esperamos una reingeniería', afirma.

La petición

La magistrada Olga Lucía Ramírez contó a este medio que a finales de este mes el Consejo Seccional de la Judicatura del Atlántico volverá a enviar la petición al Consejo Superior de la Judicatura de crear tres nuevos Juzgados de Pequeñas Causas y Competencias Múltiples o la conversión de tres Juzgados Civiles Municipales en este Causas Pequeñas.

La carta, que ya había sido enviada en julio del año pasado, mantiene al tanto al Palacio de Justicia de la situación en Barranquilla. La congestión, argumenta el escrito, 'repercute directamente en el usuario y en la imagen institucional de la Rama Judicial'.