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'No vivo con ellas, pero permanezco tanto tiempo a su lado que las cuido como si fueran mis hijas'.

Así se refiere Maribel Orozco al cariño y cuidado que le dedica a las iguanas que merodean el Parque Santander, en el norte de Barranquilla.

La historia de esta barranquillera, que es una especie de 'guardiana de las iguanas', comenzó cuando le encomendaron a labor de cuidar el parque, ubicado en la calle 64 con carrera 58.

Cuando empezó su trabajo en esta zona, notó que los animales le dañaban las plantas que día a día cuidaba.

'Me dicen la mamá iguana (risas). Yo llegué hace cuatro años a este parque y yo veía que había muchas iguanas que se comían las plantas, entonces yo me preocupaba porque me estaba dañando el trabajo. Un día se me ocurrió la idea de buscarles comida, frutas para ver si dejaban de comerse las matas', recordó la mujer de 56 años.

La idea le funcionó y consiguió que el dueño de una frutera que queda a tres cuadras del parque le regalara diariamente conchas de frutas, a la que se han acostumbrado las iguanas.

'Ellas están familiarizadas conmigo. Yo las llamo con un chiflido para darles la comida y bajan de los árboles', indicó mientras alistaba las cáscaras de papaya. Aun cuando ella no puede pasar a recoger la bolsa de cáscaras de frutas, algunas personas se la acercan.