El impuesto al consumo sobre las bolsas plásticas que comenzó a regir desde del 1° de julio de 2017 ha suscitado todo tipo de reacciones, unas a favor y otras en contra. Lo cierto es que guste o no, esta decisión que tomó el gobierno al legislarlo en la reforma tributaria de 2016 estableció en su primer año el pago de $20 por bolsa plástica adquirida en supermercados y establecimientos de comercio.
Un año y seis meses después, Víctor López, un cliente de un supermercado, manifestó con seguridad que ya había escuchado que, por cada bolsa que use en supermercados o almacenes de cadena, le iba a generar un cobro por el tributo a este tipo de empaques.
Y, aunque tiene claro que se ahorra unos pesos por dejar de utilizar las bolsas, la razón más fuerte que tiene para no solicitarle la bolsa a la cajera es que es innecesario cargar con tantas bolsas plásticas, según contó a EL HERALDO.