En el marco de la época decembrina y la cercanía del fin de año, muchas de las personas optan por sacar papel y lápiz y hacer un balance en sus vidas, exponer lo que no lograron cumplir en 2018 y prepararse para aferrase a un cambio el próximo año.
En la mayoría de los casos los propósitos no logran cumplirse por falta de tiempo, postergación de la meta, falta de dinero e inclusive porque a veces no son realizables.
EL HERALDO consultó a tres expertos en temas de superación personal y entrenamiento para la vida. Aquí exponen por qué las personas se trazan metas a fin de año y no en otro tiempo de la vida, comparten fórmulas para cumplir los objetivos planteados y recomiendan lo que se debe hacer para no dejar a mitad de camino esa meta.
De acuerdo con Ricardo Castellar Nájera, coach personal, tradicionalmente para fin de año es la época en que las personas optan por trazarse metas, puesto que —afirma— tienen la sensación de que el cambio de año es un nuevo punto de partida sin importar lo que ocurrió en el pasado.
Sin embargo, asegura que las metas son trazables en cualquier tiempo de la vida, en donde se puede replantear algunas e incluso declinar aquellas que no sean realizables. 'El cambio hace parte de nuestras vidas, seguramente no estás en el primer trabajo que tuviste ni estás con el primer novio que conociste'.
Castellar explica que el ser humano se desenvuelve en siete campos en los que enfoca las metas, estos son: pareja, familia, social, espiritual, educación, laboral y salud.
Dice, además, que entre los sueños u objetivos más frecuentes que la gente se propone está el salir de deudas, conseguir un mejor trabajo, iniciar una relación amorosa, viajar, dejar de fumar, entre otras.
Por su parte, Jorge Baena Molina y José Gabriel Obregón, coach artista y coach de vida, empresarial y profesional, respectivamente, concuerdan que trazarse metas en fin de año tiene que ver con un tema de tipo cultural, de creencias y de patrones que se han adoptado desde la infancia.
'En las creencias siempre se han impartido, desde que somos pequeños, que las metas siempre se hacen con la celebración del 31 de diciembre y lo de la famosa creencia de las 12 uvas, en donde cada uva es un sueño u oportunidad nueva para crear algo', expone Obregón.
Baena explica este tema a través de un ejemplo personal: 'Tres años atrás yo siempre ponía mis metas, a las 11:50 de la noche, en un papelito. Con las 12 uvas y el muñeco de año viejo quemándose, escribía mis 12 metas a la carrera, tiraba el papel en la candela para que supuestamente se cumplieran mis metas. Lo que hacía en realidad es tirar a la candela mis sueños, porque yo tenía que haberlo hecho de forma progresiva'.
Agrega que las metas pueden ser trazables desde varios ángulos como los de una cometa, con esta analogía Baena dice que guarda relación con la vida porque deben estar a disposición para poder volar. Estas áreas son desde las finanzas, familiar, personal, plano amoroso, de trabajo e inclusive de ocio.
Por su parte, Obregón afirma que son ocho las áreas: salud y cuerpo, finanzas, desarrollo profesional, relaciones, espiritual, impacto social, personal y recreación, este último porque 'a veces como seres humanos nos enfocamos en hacer y hacer para tener y muchas veces nos dejamos de último'.