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A pesar de los desacuerdos que persisten en los habitantes del barrio Rebolo por el método del censo de población y vivienda, dirigido por el Dane en este sector de la localidad Suroriente de Barranquilla, contrario a la tradicional visita casa a casa, acudieron a los siete puntos de concentración habilitados desde ayer, pero cuestionaron la verificación de los datos.

Uno de ellos fue Tomasa Pérez Herrera, líder comunal del barrio, quien compartió con un ejemplo las consecuencias que pueda acarrear en Rebolo el hecho de hacer las preguntas en sitios distintos a la vivienda del encuestado.

'Ellos no ven lo que uno les está describiendo. Por ejemplo, le preguntan a uno de qué material es el piso de la casa, y uno le puede decir que el piso es rústico, pero vamos a ver que en realidad es de baldosa', manifestó la mujer.

Con lo anterior, argumentó la insistencia de ella y de sus vecinos en días anteriores de que los censistas continuaran las visitas directamente a los inmuebles y no en sitios de concentración, como finalmente lo definió el Dane y se ejecuta hasta ahora.

'Por eso la importancia de que ellos (los censistas) fueran casa a casa para ver las necesidades y las condiciones en las que vive el ciudadano. Este método no tiene credibilidad', aseguró.

En su condición de miembro de la Junta de Acción Comunal (JAC) de Rebolo, Pérez Herrera acompaña desde ayer y hasta el próximo viernes las jornadas del censo en el colegio Fe y Alegría, en la calle 6 con carrera 35, donde se estipularon seis censistas que hasta el mediodía habían reportado la información de 50 hogares.

De acuerdo con Tomasa, el semblante de los que se acercaron hasta la institución educativa a censarse es de amargura por verse obligados a trasladarse hasta el punto de concentración y eso lo confirmó Rosario Mariota, quien expuso su caso tras cumplir con el censo dos horas después de haber llegado.

'Llegué a las 9:30 a.m. y hasta ahora (11:00 a.m.) que salgo. Me demoré bastante en la espera, mientras que en las preguntas fueron más de 15 minutos. Ya se hizo mediodía y no he hecho nada en la casa', dijo la mujer de 54 años, quien reside en la carrera 33 con calle 6.

A los cuestionamientos de la líder comunal sobre la verificación de datos se unió Xiomara Guerrero, quien se mostró preocupada tras responder las 57 preguntas del cuestionario, pues indicó que no acertó en algunos datos de uno de sus hijos.

'En un principio iba a ir él mismo por nosotros, pero no pudo por su trabajo. Finalmente fui yo en representación de todos, pero en el momento no supe dar la explicación de la enfermedad que está padeciendo', expresó Guerrero, quien se acercó al punto de la calle 24 con 26.

'Cruce de información'

Extraoficialmente, una fuente del Dane explicó que la verificación de los datos que entregan los ciudadanos en Rebolo se basa en la 'buena fe de las personas, porque nadie mejor que ellos que conocen su información'.

Por su parte, el director del ente estatal, Juan Daniel Oviedo, aseguró que la información errada puede suceder en el censo casa a casa o en el censo electrónico. 'Nosotros lo que hacemos es cruzar la información básica reportada por el ciudadano, como su número de identificación y edad, con la información de la Registraduría Nacional', dijo el funcionario.

Agregó que el censo está basado en autorreporte, autodeclaración y autorreconocimiento, por lo que 'no se ve ningún riesgo de que existan errores con la metodología aplicada en Rebolo y no se requiere ningún tipo de inspección física'.

Finalmente, Oviedo recalcó que el censista 'no puede interpretar nada. En el censo se recoge la información que declara el ciudadano'.

El censo

De acuerdo con fuentes del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), el censo nacional de población y vivienda es una operación estadística que se realiza cada 10 años en promedio, el cual sirve para conocer de primera mano cuántos colombianos residen, dónde están ubicados y en qué condiciones viven en el país.

Y, a partir de la información que se recopile, va a servir para que el Gobierno y las entidades puedan programar o establecer políticas públicas, esenciales para el desarrollo de Colombia.