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Una de las prioridades para Triple A, según Inassa, es reducir sus pérdidas. La empresa proyecta inversiones por más de 40 millones de dólares en las redes de Barranquilla y Soledad, con el fin de minimizar el impacto que genera en sus finanzas el desperdicio de agua.

Sin embargo, con la llegada de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) no se tiene claro si este proyecto sigue adelante o si, por el contrario, se paraliza pues los recursos que se requieren, al parecer, solo se consiguen con la banca internacional.

De hecho, la negociación con la banca multinacional para la financiación del proyecto se venía desarrollando desde junio del año pasado, justo para la fecha en que la Fiscalía realizó el allanamiento de la sede de Inassa en Barranquilla.

El proyecto, según informó la semana pasada el presidente del Grupo Inassa, Antonio Ruiz Sánchez, se estaba estructurando para ser presentado a varios bancos internacionales con el aval de Canal de Isabel II.

Ruiz Sánchez aseguró en ese momento que era necesario acudir a la banca extranjera porque con los bancos locales no era fácil obtener los fondos para atender esta obligación que se pagaría en unos tres años, de acuerdo con lo que se planteaba en la estructuración financiera del proyecto.

'Era un proyecto que se autofinanciaba si los bancos entendían el proyecto y si se daban las suficientes garantías esa financiación se podían conseguir de forma inmediata, porque está Canal de Isabel II avalando la iniciativa', explicó Ruiz Sánchez.

El directivo explicó que el aval de Canal de Isabel II para los créditos con la banca nacional e internacional aseguraba los créditos y si este se retira no hay forma de afrontar lo que viene, se afectan las inversiones y entre las cuales había un crédito por 60 millones de dólares para gastos operativos y uno de 40 millones de dólares para reducir las pérdidas en los próximos tres años.