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Estructuras oxidadas, lámparas averiadas y lozas quebradas. Este es el panorama que se observa en algunos tramos de los 540 metros del malecón de la Avenida del Río, ubicado en La Loma, el cual fue entregado para el disfrute de la ciudadanía en 2012.

Tras un recorrido que hizo EL HERALDO en la jornada matinal de ayer, se encontraron bancas partidas entre las 200 que, aproximadamente, fueron distribuidas a lo largo del recorrido junto al afluente. Mientras que unas nueve lámparas que hacen parte del alumbrado público fueron desprendidas de su base.

La situación es más compleja con los muelles de madera que presentan orificios, lucen debilitados y carcomidos por la humedad, además de que son cubiertos por la maleza y la tarulla acumulada por naturaleza. Incluso, en uno de ellos se sembró una señal de advertencia, que invita al público a 'no pasar'.

Sin embargo, los visitantes, entre habitantes del Atlántico y turistas nacionales y extranjeros, son escasos en este sector, principalmente durante los días ordinarios. Aunque los pocos que coincidieron con el recorrido en la mañana de ayer lamentaron el 'abandono' en el que está el atractivo turístico.

Uno de ellos fue Carlos Echeverry, un barranquillero que vive en Argentina y que regresó a la ciudad 13 años después para conocer los nuevos espacios públicos con los que cuenta su ciudad. 'Me encuentro con una ciudad que ejecuta proyectos, pero que los abandona para luego invertir en su recuperación, entonces los impuestos de los ciudadanos se están despilfarrando', sostuvo el realizador audiovisual.