Como una edificación en ruinas. Así se observa gran parte de la infraestructura de la Sede de Salud Mental del Hospital Universitario Cari E.S.E, en donde muchas de las paredes se encuentran deterioradas, los pisos agrietados, las zonas verdes enmontadas y las baterías sanitarias en mal estado.
EL HERALDO realizó un recorrido por el interior de la sede, construida en 1965, en donde evidenció que los pacientes con problemas mentales, neurológicos, de farmacodependencia, entre otros, son atendidos en medio del deterioro de una edificación, a la que no se le invierten recursos desde hace más de diez años. Sin embargo, la sede factura mensualmente, en promedio, $1.600 millones producto de la venta de sus servicios a los más de cien pacientes que allí atienden cada mes.
Al entrar al Cari Mental se observa que los exteriores del edificio se encuentran llenos de maleza y en medio de una zona enmontada que cubre al menos cinco vehículos convertidos en chatarra.
Al ingresar a la ventanilla en donde se solicitan las citas médicas, se evidencia que las paredes se encuentran dañadas por la humedad, que ha hecho que los techos se tornen negros y verdes en algunos pedazos.
Varios pasillos presentan el mismo problema, las salas de espera se tornan oscuras y calurosas, no hay ventilación, ni mucho menos aire acondicionado en los lugares que pacientes y familiares esperan para ser atendidos.
En varios lugares, las acometidas e instalaciones eléctricas se encuentran visibles y al alcance de cualquier persona, lo que da la sensación de que pudiera ocurrir un accidente si alguien las llegara a tropezar.
De igual forma, los baños no cuentan con las condiciones de salubridad óptimas. Pisos y paredes están sucios y los sanitarios desgastados, sin tapas y varios de ellos a punto de rebosarse.
Al llegar a las áreas que se encuentran en los pisos de arriba, como el comedor, el problema en las paredes y pisos persiste. Allí, donde los internos toman los alimentos, varias de las sillas están despegadas y sucias.
'La situación es indignante'
Como 'indignante' calificó un profesional de la salud, que labora desde hace años en la Sede Mental del Hospital Cari, las condiciones en las que conviven los pacientes internos en la institución.
Detalló que en los cuartos no hay aire acondicionado y, en la mayoría de los casos, tampoco cuentan con ventiladores. De igual forma, aseguró que los pacientes no cuentan con sábanas, por lo que duermen sobre el material de la camilla y de las colchonetas tiradas en el piso.
El trabajador también indicó que, en lo corrido del año, no han contado con el servicio de lavandería, por lo que entre los familiares y trabajadores de la entidad, recolectan dinero para alquilar lavadoras.
En cuanto a la alimentación, aseguró que los familiares de los pacientes son quienes llevan la comida a diario. 'Los que más sufren son los pacientes abandonados, alrededor de 25, a quienes los mismos trabajadores son los encargados de llevarle alimentación y ropa', contó.
Asimismo, aseguró que por el estado en el que se encuentran las locaciones de la Sede Mental, cuarenta pacientes fueron trasladados el año pasado al edificio de alta complejidad.
Especial cuidado
El médico psiquiatra, Gilberto Arteta de la Hoz, quien fue director del Hospital Mental Departamental, explicó que además de 'dignificar' al paciente, el Hospital Universitario Cari E.S.E también debe brindarles un 'especial cuidado' a los internos.
Señaló que anteriormente a los pacientes se les ofrecía talleres de manualidades, paseos y bailes para incentivar su rehabilitación. 'Los enfermos mentales son enfermos, no locos y requieren de un cuidado acorde a sus necesidades', manifestó el experto, quien también lamentó el estado en el que se encuentra actualmente la entidad que dirigió a finales de la década de los años 60.
Por su parte, la terapeuta ocupacional, María Inés Arteta, quien fungió como jefe de Rehabilitación del Cari hasta el 2007, afirmó que no se tiene una concepción frente al problema que atraviesa el centro asistencial.
Precisó que el estado en el que están internados los pacientes en el Cari no corresponde a lo que dictan los estándares internacionales en cuanto a la atención en salud mental.
'Lo importante no es hospitalizar al paciente solamente, sino centrar la atención en un proceso que permita que el paciente tenga menos crisis para que tengan menos días al año internos y gocen de estabilidad', explicó Arteta.
Pérdida de servicios
El presidente de Anthoc Atlántico, Heriberto Tovar, afirmó que aunque el Cari Mental tiene en promedio entre el 90% y el 110% de ocupación en el año, poco a poco ha ido dejando de prestar servicios que él considera 'esenciales'.
Señaló que se debe volver a trabajar para que se vuelvan a prestar los servicios de rehabilitación, como terapia física, electromiografía, electroencefalografía, entre otros. 'Antes había todo un equipo terapéutico que hacían un conjunto de actividades que facilitaban la atención al usuario de manera integral. A eso es lo que debemos volver nuevamente', señaló.
El dirigente sindical fue enfático en pedir a la Gobernación del Atlántico celeridad en las obras que se realizarán al Cari Mental, puesto que fue una 'promesa de Gobierno' del mandatario departamental.
Entretanto, el representante de los usuarios ante la Junta Directiva del Hospital Cari, Guido Santander, sostuvo que son decenas las quejas que recibe por parte de los usuarios por las condiciones actuales de la sede mental.
Señaló que este centro asistencial atiende a pacientes que provienen de todas partes de la Región, por lo que instó a las autoridades a invertir los recursos necesarios para su mejoramiento.