Compartir:

Un llamado a los padres de familia para que estén más atentos a sus hijos y los formen para que no sean tocados por los tentáculos del microtráfico de drogas, hizo el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar), general Mariano Botero Coy.

Durante el debate realizado ayer en el Concejo sobre el tema de seguridad, el alto oficial dijo que el fenómeno de las drogas debe ser atacado de manera conjunta por parte de todos los estamentos de la sociedad para prevenir que los menores entren en este oscuro mundo.

El general Botero Coy afirmó que la responsabilidad de la protección, la formación y educación de los hijos no se puede dejar al colegio o a los policías del cuadrante. 'Esta es una responsabilidad de los padres', lo mismo que ayudarlos a tener una personalidad psicológicamente blindada para que no se dejen engañar por estas bandas de delincuentes.

Al referirse a las acciones que han desarrollado para enfrentar a las bandas dedicadas al microtráfico, el general Botero Coy informó que de 25 inmuebles dedicados a la venta de drogas, 18 han sido sometidos a procesos de extinción de dominio. 'Fueron expropiados estos 18, pero quienes habitan en los restantes tienen casa por cárcel. Estos bienes no se pueden vender ni arrendar, pero se requiere la demolición de estos inmuebles', manifestó el oficial.

Durante el debate, el comandante de la Mebar también hizo un recuento de las organizaciones que en los últimos años han sido responsables de este negocio y que han sido desmanteladas tras las acciones de los organismos de seguridad.

Actualmente, según el oficial, el negocio lo tienen los cabecillas de ‘Los Papalópez’ y Digno Palomino, de la banda criminal ‘Los Costeños’, quienes han generado redes y se han aprovechado de las áreas deprimidas de Barranquilla y Soledad para sus actuaciones delincuenciales.

A la sesión también asistieron la secretaria de Salud del Distrito, Alma Solano; el delegado de la Fiscalía, Carlos Fino; el defensor del Pueblo Regional Atlántico (e) Albeis Jaimes Fuentes y el personero distrital Jaime Sanjuán.

A su turno, Sanjuán, durante su intervención, denunció la intoxicación de dos menores por consumo de drogas sintéticas. El funcionario advirtió de la aparición de nuevos factores de riesgo para la población infantil en las distintas instituciones educativas oficiales. Ante la situación demandó mayores acciones y compromisos desde el núcleo familiar y de las autoridades encargadas de la prevención.

Los concejales manifestaron su preocupación al no evidenciar una política pública clara que permita enfrentar de manera contundente este flagelo en el Distrito.

 El presidente de la corporación, Óscar David Galán, manifestó que en Barranquilla 'no siembran coca ni marihuana', pero hay fallas en el control en los barrios populares de la ciudad, pues están 'inundados' de drogas. Luego de leer una serie de recortes de prensa que dan cuenta de hechos relacionados con el microtráfico, el cabildante insistió en qué hay que mejorar la inteligencia en esta materia.

Cuestionó el hecho de que el Distrito no cuente con una entidad de salud distrital para rehabilitar a los niños y jóvenes 'todo por un trámite burocrático'. 

Galán pidió integrar una mesa conjunta para enfrentar este flagelo y denunciar al que haya que denunciar. Expresó que si es necesario declararán al Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, persona no grata, por la no creación del centro de rehabilitación en el Distrito. Propuso crear encuentros ciudadanos en los barrios de Barranquilla donde participen ediles , juntas comunales, concejales y fuerzas vivas de la Ciudad, así como los comerciantes que son 'presa de la extorsión'.

Se refirió además a la Unidad Permanente de Justicia, UPJ como un 'monumento a la violación de derechos humanos', cuestionó las estadísticas de esta entidad y denunció que el policía de vigilancia lleva a un ciudadano a la UPJ porque se encuentra indocumentado mientras tanto los de la estructura 'criminal se ríen de la vida'.

¿Qué ha pasado con el Camino de Salud Mental?

En octubre de 2016, la administración distrital anunció la construcción de un Camino de Salud Mental y Neurociencias, el cual estará ubicado en la carrera 8 con calle 125 (cerca a la urbanización Ciudad Caribe Verde).

Dos años después, aún no se ha puesto la primera piedra de este centro en el que serán atendidos pacientes con problemas mentales. Pero ¿cuál es la razón por la cual este proyecto se encuentra 'frenado'?.

Durante su intervención en el Concejo, la secretaria de Salud del Distrito, Alma Solano, explicó que en estos momentos están a la espera de una determinación por parte del Ministerio de Salud, porque depende 'directamente del futuro del Cari' y de las camas que va a tener en el contexto de salud mental, para poder seguir adelante con el proyecto.

'El proyecto está ahí, pero en estos momentos dependemos de ese banderazo final del Ministerio de Salud para poder salir adelante', insistió la funcionaria.

Con relación a la atención que reciben las personas con algún tipo de adicción a las drogas, la funcionaria aclaró que los pacientes pueden ser tratados sin ningún tipo de barreras a partir de su médico general, es decir primer nivel de complejidad y todo es cubierto por el Plan Obligatorio de Salud.

El presidente del Concejo, Óscar David Galán, dijo que si es necesario invitarán al ministro de Salud, Alejandro Gaviria, a una reunión de la corporación o si es necesario lo denunciarán ante la Procuraduría, porque está 'frenada' la construcción del Camino de Salud Mental y Neurociencia.

En lo que tiene que ver con la información estadística sobre la prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas en la ciudad,  Alma Solano dijo que esta data del año 2013 y que se genera a partir de la encuesta de consumo de sustancias psicoactivas en Colombia. No es específica para Barranquilla, sino para el Atlántico. En el caso del tabaco la prevalencia de consumo en el último mes es del 6,2%; alcohol 36,8%; marihuana en el último año es del 1,3%; de cocaína 1,1% y de heroína 0,03%. Destacó que al compararlo con otras ciudades, el Atlántico se encuentra por debajo de la media nacional relacionada con el consumo de sustancias psicoactivas, a excepción del alcohol.