* Por Vanessa Redondo Peña
El aeropuerto internacional Ernesto Cortissoz parece el escenario de una carrera de obstáculos: en contra del tiempo, los check-in no realizados, los pasajeros que retrasan el paso mientras cargan pesadas maletas atestadas de regalos y objetos personales, y una que otra pelea contra la báscula que indica un sobrepeso del equipaje.
Por otra parte, la Terminal de Transportes Metropolitana de Barranquilla no es tampoco un escenario muy distinto: pasajeros que corren para alcanzar el bus más próximo a salir mientras que otros hacen largas filas para conseguir el pasaje más inmediato hacia sus destinos de preferencia. Las cajas de cartón, los maxi-bolsos de caricaturas, los morrales y las neveritas de icopor llenas de comida aguardan contra las columnas celosamente resguardadas por niños y jóvenes que se desesperan mientras que los adultos tratan de comprar el boleto, como es el caso de Oriana Altamira, de 22 años, que espera con sus sobrinos y su abuela a que su tía consiga unos pasajes con destino a Cartagena, ya que en dos empresas consultadas le informaron que todos los buses para la capital de Bolívar ya estaban llenos.
No es de extrañar, según estimaciones del gerente de la Terminal Metropolitana, Jesús Audivet, para esta Semana Santa se tenía proyectado movilizar a más de 131.300 pasajeros, es decir, un 3% más que el año pasado.
Actualmente se despachan alrededor de 800 buses al día, y cada 15 minutos son despachados a Cartagena, Santa Marta y Valledupar, los destinos predilectos por los viajeros.
Mientras que Mario Rincón, de 19 años, espera con un maletín cargado al hombro y una nevera vacía, a que salga el próximo bus para Montería, la ciudad donde lo esperan su mamá y su abuela, que le ordenó con vehemencia que llevara el recipiente para llenárselo de queso y suero para cuando deba retornar a Barranquilla a continuar sus estudios de ingeniería industrial en la Universidad del Norte.
Sin embargo, quien espera no volver a Barranquilla o por lo menos no por el mismo motivo es María Guerrero, que vino a la ciudad para una serie de exámenes médicos debido a algunas complicaciones en su salud que venía presentando y que la obligaron, junto con su acompañante Ángela Herrera, a dejar su natal San Andrés. Para regresar, deberá tomar uno de los más de 20 vuelos con destino a Bogotá que se están ofertando actualmente desde el Cortissoz, que entre el 23 y el 26 de marzo movilizó a 13.520 usuarios.
Recomendaciones
Para las personas que se disponen a abordar vuelos nacionales se recomienda que lleguen con mínimo dos horas de anticipación, mientras que para quienes viajan fuera del país se requiere que estén 3 horas antes de su tiempo de partida, esto con el fin de hacer los trámites necesarios del chequeo y embarque.
De igual forma, este tiempo requerido contempla lo necesario para superar los procesos de registro, manejo de equipajes y los filtros de seguridad aeroportuarios, teniendo en cuenta la gran concentración de viajeros que presentan por estas fechas de alta temporada.
Además, por precaución se aconseja llevar en su equipaje de mano los objetos de valor, tales como portátiles, aparatos electrónicos y joyas, así como tener impresos y al día los documentos concernientes a su vuelo y las reservas, cartas de invitación y la autorización para la salida de menores que son imprescindibles para viajar a ciertos destinos internacionales.
A los usuarios de la terminal terrestre se recomienda comprar con antelación sus tiquetes, ya sea acercándose hasta las mismas oficinas en la Terminal Metropolitana o consultar en las páginas web de las mismas empresas prestadoras de este servicio de transporte intermunicipal, donde pueden informarse el valor de los tiquetes, la duración del trayecto y el horario de los despachos de los vehículos.
Igualmente, evitar llevar alimentos que puedan descomponerse con facilidad, especialmente para los viajes de más de 3 horas de duración, así como el transporte de especies de fauna protegidas por las autoridades ambientales ya que puede acarrear multas y penas en prisión.