'Siempre sentí temor; me dolían los muertos pero no lo podía demostrar'. Así recuerda Rogelio Murillo, su vida como militante del Bloque Córdoba de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
El 18 de enero del 2005, tras tres años en las filas de dicho grupo, Murillo entregó sus armas junto a otras mil personas, para ser parte del proceso de reintegración liderado por la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN).
Ingresó al grupo armado cuando tenía 27 años. 'Me había separado de mi esposa y tenía la idea de experimentar y de entrar al Ejército. No se me dio la oportunidad, no tenía trabajo y fue entonces que decidí probar por curiosidad', añadió.
Su asignación dentro de la organización, era cumplir labores como patrullero y aunque admite que fue difícil, logró en cierto modo acostumbrarse a esa vida. 'Luego de cumplir el año, me dieron el primer permiso y tenía la oportunidad de que si no quería regresar no lo hacía, pero uno se acostumbra a esa vida y regresé nuevamente', contó Murillo.
Actualmente este barranquillero de 43 años, es técnico en refrigeración graduado del Sena y lidera su propio negocio.
Asegura que desde el día en que los altos mandos de las Auc negociaron su desmovilización con el gobierno, no desaprovechó la oportunidad para enrumbar su vida. Terminó su bachillerato y cursó una carrera técnica que hoy le permite tener una estabilidad económica.
'Siento que aunque al principio nos discriminaban, logré salir por la puerta grande y con las garantías para reivindicarme. Fue otra oportunidad de vida y me siento feliz; lo digo por mí porque muchos no aprovecharon esta oportunidad', comentó Rogelio.
De acuerdo con la Agencia para la Reincorporación y Normalización, el total de desmovilizados en el país es de 59.693. De esa cifra, un total de 1.429 personas son del Atlántico.
Por su parte, el número de personas en el departamento que ingresaron al Proceso de Reintegración que se viene ejecutando desde hace 13 años, es de 1.313.
El 90% de los desmovilizados llegan afectados psicológicamente y el 75% por ciento de las personas que ingresan a los procesos de reintegración son analfabetas. No obstante, el 82% de este grupo ya terminó la primaria, informó la ARN.
Cuando una persona ingresa al proceso de reintegración, recibe apoyos económicos a la reintegración si asiste a por lo menos el 90 por ciento de las actividades programadas por la ARN.
'Cada participante en el proceso de reintegración se compromete a desarrollar por lo menos 80 horas de acciones de servicio social, fundamentales para generar espacios de reconciliación', precisa la agencia.