Donde ahora vuelan murciélagos antes descansaban personajes de prestantes familias barranquilleras. Los Catinchi le dejaron a Barrranquilla una herencia que más de ochenta años después se agradece. Su antigua casa, ubicada el primitivo barrio de Las Quintas, fiel a los postulados del neoclasicismo francés, sigue de pie.
Sobre la esquina donde se une la calle 50 y la carrera 45, frente a la Plaza de la Paz, se mantiene aún viva la imponente residencia de los Catinchi, de quienes solo se sabe que migraron desde Puerto Rico durante su movimiento independentista.
La casa
Aunque esté cercada por láminas metálicas, todavía se aprecia la arquitectura propia de la época republicana. Las columnas compuestas tratadas entre el orden jónico y el corintio, dispuestas sobre pedestales y el frontón realzado entre líneas suaves y onduladas, son algunas de sus cualidades.
'Es una de las casas de la ciudad que tiene mayor representatividad republicana, como resultado de las migraciones francesas que se dedicaron a trabajar en el arte y la arquitectura', destacó el arquitecto Ignacio Consuegra en diálogo con EL HERALDO.
En su mejor momento, claro, sus paredes no estaba ensangrentadas de mugre ni su piso cubierto de hojas secas, escombros y otros elementos no reconocibles a simple vista.
El olor a abandono, anís y heces fecales es prominente y crece como el árbol plantado en el centro del patio. Su caída en picada se explica desde el desuso. La Cantinchi pasó quién sabe cuántos años sin huéspedes ni cuidados.
Antes fue sede del popular Diario del Caribe y mucho antes de los Catinchi, perteneció a una familia con apellido Marino, según precisó el arquitecto restaurador José María Gutiérrez, quien consideró que el inmueble 'tiene mucho valor como casa republicana porque es la única sobreviviente de ese sector'.
La Casa Catinchi fue incluida a finales del año pasado en un listado de 15 inmuebles que cumplen con los criterios de valoración para poder ser declarados patrimonio.
El plan
El inmueble será restaurado como parte del proyecto de ampliación de la Plaza de la Paz, según anunció la Gobernación del Atlántico.
De acuerdo a lo contemplado en el plan, se procederá con la construcción de una estructura contigua para uso comercial,que tiene como referencia el Mercadito de San Miguel, en Madrid, España.
Para eso, la Gobernación ha adquirido 17 de los 18 predios necesarios para la obra, en la que se invierten $33.000 millones.
'Lo que queda es la fachada y sus paredes externas, queremos hacer una restauración de esta y adherir un nuevo espacio moderno que será una caja de cristal para tener locales comerciales y puestos de comida', explicó la subsecretaria de Vivienda y Espacio Público del Atlántico, Verónica de Castro.