'Yo le escribí una carta al ‘Niño Dios’ y se la envié al cielo para que me trajera unos patines', dijo con una sonrisa dibujada en su rostro y muy entusiasmada, Sary Nicoll Barrios, de seis años de edad y quien lucía su regalo prometido de Nochebuena en la cuadra de la carrera 4A con 34B, en el barrio Galán.
Las sorpresas no terminaban el 24 de diciembre. Ayer desde tempranas horas del día el ‘Niño Dios’ salía de los hogares barranquilleros para tomarse las calles de la ciudad a dar vueltas y rodar.
Así como Sary Nicoll, cada 25 de diciembre como es costumbre, muchos niños salieron a divertirse con los juguetes que les trajo ‘Papito Dios’ en Nochebuena.
Bicicletas, patines, triciclos, monopatines y carros a control remoto llenaron algunas calles de la capital del Atlántico, imponiéndose nuevamente las ruedas para estas fechas decembrinas.
Asimismo, las piscinas fueron infaltables para darse un chapuzón y refrescarse de la fuerte temperatura.
Varias cuadras de los barrios como Rebolo, La Magdalena, El Santuario, La Ceiba, Galán y Ciudadela 20 Julio, zona sur de Barranquilla, fueron cerradas con cinta amarilla para que los niños pudieran disfrutar tranquilamente su día sin peligro.
'Papito Dios me trajo mi juguete, yo me dormí en la noche (24 de diciembre) y me levanté a las 7:00 de la mañana (ayer) y vi un poco de juguetes regados en mi cama. Plastilinas, muñecas y los patines, estoy muy feliz porque papito Dios se acordó de mi', expresó la menor mientras patinaba en compañía de sus primas y amigas del barrio.
La paternidad también le madrugó a compartir en familia. Desde las 9:00 de la mañana de ayer los papás acompañaron en cada pedal y acrobacias con patines y patinetas que daban sus hijos en el pavimento.
'Estas fechas son para compartir en familia. Los juguetes en realidad son un pretexto para disfrutar del día todos juntos (…) Cada año se cierra la calle para que los niños salgan con sus regalos del ‘Niño Dios’ y se diviertan. Esto ya es una tradición', expresó Hernando Martínez, habitante del barrio El Santuario (carrera 7H con 49 ) y padre de Danna y Emily, de 3 y 7 años de edad, respectivamente.
En una hoja de cuaderno, Emily escribió el 23 de diciembre sus más grandes deseos para Nochebuena y entre ellos, los regalos que añoraba tener en sus manos. 'Papito Dios para esta Navidad quiero pedirte unos patines color rosado, una muñeca, un juguete de casita y cocina', decía la carta que aguardó la noche del 24 bajo el árbol de Navidad, junto a los pedidos de su hermana menor.
'Le doy gracias al Niño Dios por traerme estos juguetes, me gustaron muchísimo. Voy a jugar toda el día y en la noche con ellos. Todavía no he pensado en los regalos del otro año', dijo Emily, mientras usaba sus patines y degustaba de una paleta roja.
Más de 50 niños compartieron pista en esta zona de la ciudad. Las risas y la diversión se hicieron notar en su máximo esplendor en los rostros de los menores. Cifra igual o mayor de niños que se le veía en los otros barrios.
La Plaza de la Paz fue otro de los lugares en donde los padres de familia llevaron a sus hijos para disfrutar de su juguete de Nochebuena. Con cascos, rodilleras, implementos propios para la seguridad al patinar, se les vio utilizar a los niños y niñas en esta zona de Barranquilla.
La diversión estuvo hasta que la puesta de sol se ocultó y la noche llegó.
Quejas por competencia 'desleal' en ferias de juguete
'¡Venga y aproveche!, ¡Remate, remate, agáchese y coja!, ¡Juguetes a mitad de precio y otros con el 30 por ciento de descuento!'. Con estos sugestivos llamados, gritaban ayer a todo pulmón varios de los comerciantes de la Feria del Juguete del parque Cementerio Universal, para tratar de vender la mercancía que quedó después de Nochebuena.
Algunos compradores llegaron buscando la economía y por las ofertas de último momento. Los vendedores de juguetes como es el caso de Xilena Figueroa, quien lleva 15 años comercializando en el lugar, calificó la Feria de este año como 'malísima' porque solo les generó 'pérdidas'.
'Años atrás las ventas estuvieron superbién, pero ahora estuvo pésima por la competencia injusta que ponen en el Paseo Bolívar. Nosotros pagamos un impuesto de $300.000 y ellos escasos $20.000 y venden más barato. Todo esto es injusto'. Figueroa Agregó que 'yo invertí $11 millones en juguetes y no le saqué la inversión, solo vendí $6 millones. No sé que voy a hacer con la cantidad de juguete que me quedó'.