Un olor a gasolina habría sido la primera alerta que los vecinos de la urbanización Villas de San Pablo notaron sobre lo que hoy calificaron como un peligro para la comunidad. Se trata de los efectos de la venta de gasolina y otros combustibles que, de acuerdo con los ciudadanos, se organiza desde una ferretería ubicada en la carrera 28A con calle 143B esquina de la ciudad.
En un reporte hecho a Wasapea a EL HERALDO, 3104383838, los afectados indicaron que motociclistas y conductores de vehículos particulares y de servicio público son atendidos sobre la carrera 28A, una zona residencial que se estaría viendo afectada por los olores producidos en la ferretería.
Los ciudadanos afirmaron que además de sentir molestias por el hedor, temen que el expendio de los combustibles pueda dar lugar a accidentes entre quienes trabajan, visitan o viven en los alrededores del lugar.
Esta preocupación también fue manifestada por algunos moradores del barrio San José, quienes aseguran que desde hace más de un año dos talleres de automotores generan inconformidades entre los transeúntes de la calle 46 con carrera 20 al atender vehículos en la zona peatonal, además de derramar y vender combustibles.
'La calle se ha convertido en la sucursal de dos talleres de mecánicos que están de lado y lado. Esta es una zona residencial que sufre de trancones y por las emisiones de gases y ruidos', expresó un residente del sector.
El usuario señaló que las zonas peatonales de la vía presentan manchas de grasa, además de 'constantes acumulaciones de basura' que impiden el libre paso de peatones y que genera peligro para la comunidad.
La Secretaría de Control Urbano y Espacio Público recibió los casos e indicó que programó para la próxima semana una vista a cada punto señalado por parte de los inspectores de la entidad.