Hace cinco años partió uno de los periodistas más prolíficos y talentosos no solo del Caribe colombiano, sino del país: Ernesto McCausland Sojo. En homenaje a su legado, EL HERALDO, que fue su casa editorial desde sus comienzos hasta sus últimos años de vida, organizó una tertulia para conversar sobre la crónica, género que marcó la trayectoria de McCausland.
En las instalaciones de este medio se reunieron distintos amigos, cronistas, periodistas y académicos. Asistieron Alberto Salcedo Ramos, uno de los cronistas más importantes en Iberoamérica; Jaime Abello Banfi, director de la FNPI (Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano); Jorge Cura, director de varios medios importantes de comunicación de Barranquilla; Alberto Martínez, jefe del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte; John Acosta, periodista y docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Autónoma del Caribe; Humberto Mendieta, director de un noticiero regional y columnista de EL HERALDO; Paul Brito, escritor y cronista barranquillero, y Lina Vega, quien hizo su tesis de grado de comunicadora social sobre las crónicas de McCausland.
La tertulia estuvo presidida por el director de EL HERALDO, Marco Schwartz Rodacki, quien comenzó haciendo la presentación de los asistentes y poniendo una primera pregunta sobre la mesa: ¿Qué es la crónica?
El primero en responder fue Alberto Salcedo Ramos, quien explicó que para él este género periodístico es la combinación de la narración de los hechos con la interpretación de los mismos. Además dijo que para estos relatos es válida la visión personal del autor y su subjetividad, mientras los acontecimientos no sean tergiversados. El cronista barranquillero, que reside en Bogotá y viajó a la ciudad para asistir a la tertulia, añadió que las crónicas están acompañadas de un componente estético y que es importante leer muchos textos de este género, de todos los tiempos.
Seguido, tomó la palabra Jorge Cura, quien manifestó que en muchas ocasiones la crónica sale de lo que sucede día a día. 'La crónica puede estar escondida en una noticia', argumentó, indicando que este texto que responde las famosas cinco 'W' (qué, quién, cómo, cuándo y por qué, por sus iniciales en inglés), es la materia primera de cualquier relato de largo aliento. El director de noticias, para aterrizar su idea, relató una anécdota sobre un cubrimiento por el invierno en un municipio del Atlántico, de la que se derivó la crónica que contaba la historia de una mujer de 119 años.
Por su parte, Jaime Abello Banfi dijo que quería empezar a hablar de Ernesto para referirse al género. Explicó que el periodista se encontraba en un intermedio entre la visión antigua de la crónica y la moderna.
El director de la FNPI comentó que antes la crónica le apostaba más a la contemplación del hecho y la interpretación, mientras que actualmente tiene un componente investigativo más fuerte, puesto que los periodistas se dedican a seguir una historia durante varios meses o incluso años. Agregó que uno de los riesgos que corre el género es caer en lo anecdótico, aunque a su vez dijo que 'no hay una sola forma de abordar la crónica'.
Alberto Martínez tomó la palabra y expresó que no considera que los géneros periodísticos correspondan al capricho del lector ni del periodista, sino que responden a las necesidades de la realidad que hay que contar. 'Hay que dejarse dictar por el hecho', apuntó.
John Acosta, por su lado, indicó que 'la crónica necesita mucha investigación y trabajo de campo. El lector quiere saber de la crónica, no el proceso de creación', refiriéndose a la tendencia que existe en muchas ocasiones de contar el contexto y el trabajo para obtener la información más allá del hecho en sí mismo.
Luego fue el turno de Paul Brito, quien dijo que una de las enseñanzas que le quedó de McCausland fue que antes de sentarse a escribir cualquier texto, debe contar con una oración completa que tenga sujeto y predicado. A la vez que agregó que para él lo más importante en los escritos de este género es el manejo del tiempo.
Humberto Mendieta, de su cuenta, recordó que McCausland siempre tuvo una necesidad de saberlo todo. 'Ernesto era un preguntador permanente', anotó, a la vez que contó algunas historias en las que se evidenciaba la capacidad que el cronista tenía para lograr que sus entrevistados le dieran el mayor número de detalles.
Para cerrar este tema, Lina Vega, comentó que para su trabajo de grado decidió, junto a su directora de tesis, 'hacer una investigación de la obra de Ernesto McCausland relacionada con el nuevo periodismo'.
En el análisis de los textos de McCausland encontró algunos temas que se repetían, como lo era la búsqueda por descubrir la naturaleza humana y la identidad Caribe.
Durante la tertulia también entraron nuevos temas de discusión, uno de ellos fue el desplazamiento de la noticia en los intereses de los periodistas frente a la crónica, que partió de una inquietud del director de esta casa editorial. Schwartz preguntó si el enaltecimiento de la crónica –género del que se declaró admirador– no fomenta, en algunas ocasiones, que no se reconozca el valor de una noticia bien estructurada.
Salcedo Ramos respondió que considera que todos los formatos tienen una razón de ser y que la combinación de los géneros lo que hace es 'entregarles a los lectores la posibilidad de que interactúen con la realidad desde diferentes ángulos y blancos'.
Alberto Salcedo Ramos
El cronista señaló que Ernesto McCausland tenía 'el oído mejor dotado de todo el periodismo caribe', tanto por su capacidad de escuchar al otro, como por su talento para convertir lo que oía en una pieza maestra.
Adicionó que cuando se escucha cualquiera de las entrevistas de McCausland para televisión se puede apreciar la manera en la que se conectaba con sus personajes, y que lo interesante es que esas entrevistas que se han hecho virales ha sido por las respuestas que le daban sus personajes, puesto que una de sus destrezas era hacer que el otro sintiera que más que estar hablándole a él, lo estaba haciendo en voz alta.
Jorge Cura
El periodista explicó que Ernesto McCausland hacía todo el recorrido al momento de producir un tema, desde el trabajo de campo, hasta la postproducción, en gran medida porque las carencias de personal en Telecaribe así lo demandaban.
Además recordó la frase celebre de Ryszard Kapuściński que señala que para ser un buen periodista hay que ser una buena persona para referirse a McCausland. Al mismo tiempo hizo énfasis en la importancia de detectar en los niños la vocación que tienen, puesto que considera que 'en la medida en la que uno sepa a dónde quiere ir, puede alcanzar más fácil sus objetivos'.
Jaime Abello Banfi
El director de la FNPI manifestó que recibir la invitación a la tertulia le dio un 'golpe emocional' al darse cuenta que habían pasado cinco años desde la partida de Ernesto McCausland. Dijo que quería señalar una de las dimensiones de él, que era la capacidad narrativa con la que contaba y que logró desplegar tanto en la radio como en la TV.
Además señaló que McCausland tuvo la facultad creativa de incursionar en la ficción, tanto en cine, como en literatura. 'Ernesto es un clásico que tuvimos entre nosotros, además ambicioso, que tenía unas ganas de comerse al mundo, de experimentar, y era un narrador desbordante', agregó.
Humberto Mendieta
El columnista de este diario recordó que McCausland desde adolescente fue un 'detective de la vida social y un preguntador permanente'. Mendieta contó que Ernesto siempre estuvo interesado por todo lo que pasaba y que era como una especie de 'barril lleno de información'.
Adicionó que considera que el afán de McCausland por preguntar todo lo que veía era porque era un periodista interesado por la vida. Al mismo tiempo resaltó que en sus textos el cronista cuidaba el lenguaje que utilizaba y evitaba hacer uso de los lugares comunes, era enemigo de los gerundios e intentaba que el resultado final se leyera con fluidez.
Alberto Martínez
El catedrático de la Uninorte recordó una anécdota con McCausland que derivó en su llegada al periódico como columnista, y recalcó en la disciplina del cronista ya que todo el tiempo estaba en función del periodismo. 'Ernesto tenía una prevención con la academia. Cuando Andrea Jaramillo fue reina del carnaval me invitó la familia a hacer el Bando.
Yo me acuerdo de que la gran noche yo estaba en el estadio cerca de Ernesto y vi cuando se paró y se fue. Yo me asusté mucho y al día siguiente recibí una llamada de él y me dijo: ‘Mira, yo desconfío de los académicos, pero a propósito de lo que escuché anoche, quiero que escribas en EL HERALDO'.
John Acosta
El docente universitario aclaró que no tuvo la oportunidad de tener una amistad de muchos años con McCausland y que lo conoció cuando escribió una crónica, que le costó mucho trabajo lograr que le publicaran en la revista de una empresa minera que no incluía este tipo de textos narrativos.
Sobre la crónica expresó que una de las fallas que encuentra en sus estudiantes es que al momento de contar una historia dedican mucho espacio para hablar de todo el proceso para conseguir la noticia, e incluso bromeó diciendo que empiezan el relato en el momento en que se levantan. 'El lector quiere saber de la crónica, no el proceso de creación', remató.
Paul Brito
El escritor barranquillero contó que no tuvo la oportunidad de compartir mucho con McCausland, pero que de las lecciones que le quedaron cuando conversaron sobre los temas que saldrían publicados en la revista ‘Latitud’ es que el entonces editor general de EL HERALDO le preguntaba si su texto contaba con sujeto y predicado.
Desde entonces, cuenta Brito, no se sienta a trabajar en ningún tema hasta que no encuentra una oración estructural que esté compuesta por un sujeto y un predicado. 'Detrás de esa oración esencial de la crónica y más allá de narrar una historia, la función del cronista es reformular el tiempo', añadió.
Lina Vega
La comunicadora social recordó que en el año 2013 hizo su proyecto de grado con la obra de Ernesto McCausland, y su trabajo consistió en establecer las características del periodismo literario en las crónicas del barranquillero. 'Estudiamos trece crónicas de Ernesto que él publicó en su página web y encontramos patrones, cosas que se repetían, tanto en contenidos como en temáticas.
Desde la parte científica hallamos que él hablaba de la identidad de la naturaleza humana, muestra la gloria de los personajes pero también el ocaso, del amor y la muerte, de temas sociales como la criminalidad y de la identidad del hombre Caribe como Gabo'