Eran las 10:45 de la mañana, en medio de un día soleado y un cielo despejado, el helicóptero Bell 407, entregado a la Policía esta semana, estaba listo para comenzar las labores de patrullaje aéreo por Barranquilla y su área metropolitana. Por esta vez también se sobrevolarían algunos municipios del Atlántico.
Transcurrieron cinco minutos y la tripulación se alistaba en el helipuerto de la Escuela de Policía Antonio Nariño, ubicada sobre la vía Circunvalar. Piloto, técnico y operador abordaron en esta aeronave, pequeña pero equipada con tecnología de punta.
El mayor Javier Pantoja, quien lleva 12 años en la aviación con 3.050 horas de vuelo, es el piloto del helicóptero, lo acompañaban el intendente Luis Blanco, técnico encargado de mantener la aeronave operando en condiciones seguras, y el patrullero Carlos Lozano, operador de vuelo, encargado del manejo de los equipos a bordo del helicóptero.
Junto a ellos, estaba el coronel Raúl Riaño, comandante de la Policía del Atlántico, para liderar el operativo de vigilancia. La ruta que se estableció fue sobrevolar inicialmente el municipio de Baranoa, seguido de Sabanalarga y su corregimiento La Peña, muy cerca al Embalse del Guájaro.
Ya con la ruta establecida, la hélice empezó a girar y solo faltaba la autorización de vuelo para partir del lugar.
–Ernesto Cortissoz, torre de control, elemento Halcón muy buenos días, se le escuchó decir a uno de ellos. Era el piloto, que se conectaba con la torre de control para pedir autorización y proceder a las labores de patrullaje.
Torre de control: Halcón muy buenos días, prosiga.
Piloto: Señorita tenga usted muy buenos días, este es el Halcón de la Policía Nacional en la Metropolitana de Barranquilla, nos encontramos establecidos en la Escuela Antonio Nariño, solicito autorización para proceder a realizar patrullajes sobre la ciudad.
Torre de control: Autorizado el helicóptero Halcón ONH 2967, notifique cuando se encuentre en el aire
Piloto: Halcón 28969 notificaré en el aire, Halcón.
Concedida la solicitud del sobrevuelo, a las 11: 00 de la mañana, el helicóptero asciende a 500 pies. Por los dos cristales laterales se observa una panorámica de Barranquilla y adentro, por los monitores, una vista al detalle de viviendas, personas y vehículos.
El helicóptero toma dirección hacia Baranoa, y el patrullero Lozano, quien viaja en la parte trasera de la aeronave, direcciona mediante un control –parecido al de una consola de videojuegos– la flir 380 HD, una potente cámara que se convierte en los ojos de los uniformados.
Este dispositivo cuenta con tres sensores: infrarrojo, long light y DTB, que puede detectar la temperatura o calor corporal. Además de las figuras de personas y animales en la oscuridad y es capaz de generar acercamientos que permiten ver rostros o detalles como placas de vehículos y otros objetos que podrían ser vitales a la hora de luchar contra la delincuencia.
En el vuelo también fue utilizado de manera simultánea la Trakka Beam A800, la luz de búsqueda llamada el ‘ojo de dios’, que logra apuntar y no perder de vista a un determinado objetivo.
El coronel Raúl Riaño –que también se encontraba a bordo de la aeronave- se comunicó, sobrevolando Sabanalarga, con las patrullas que se encontraban en tierra para dar las instrucciones de vigilancia y las medidas de seguridad que se debían realizar en el municipio, principalmente en los centros bancarios y el mercado público.
A través de los megáfonos que tiene el helicóptero, los cuales tienen un alcance aproximado de un kilómetro, el piloto del Bell 407, se comunicó a 500 pies de altitud con unos jóvenes que se encontraban jugando fútbol en una cancha de La Peña, corregimiento de Sabanalarga.
Finalmente, las labores de patrullaje aéreo culminaron sin contratiempos. No hubo capturas y a las 12:00 del mediodía el Bell 407, tomaba dirección hacia la Escuela Antonio Nariño por los municipios de la banda Oriental del departamento.
La aeronave fue direccionada de forma estratégica por la torre de control para realizar un aterrizaje perfecto. Tocó tierra nuevamente a las 12:12 p.m. con un resultado satisfactorio para las autoridades y la comunidad en materia de vigilancia y seguridad del Atlántico.