El lío por el futuro de la popular cancha de arena de Nueva Granada aún no termina.
Para el próximo 23 de noviembre está programado un nuevo encerramiento del escenario deportivo, en cumplimiento de la sentencia No. 0205 del Juzgado de Ejecución Civil del Circuito de Barranquilla, que ordena la restitución del lote a su propietaria, Sofía Amaya Gutiérrez.
De acuerdo con la disposición de la inspectora urbana de Policía, Berlis Roa Escobar, la diligencia se llevará a cabo con presencia de los uniformados del Esmad, a partir de las 9 a.m., en el terreno ubicado entre las carreras 29 y 31, y las calles 64 y 65, del barrio Nueva Granada.
La decisión anterior, según explicó Amaya Gutiérrez a EL HERALDO, es producto de las negociaciones fallidas entre los demandantes y el Distrito, quienes han mantenido conversaciones para acordar y comprar el lote, con el propósito de que este continúe siendo el tapete dorado de los deportistas de la ciudad.
'Vamos a finiquitar el encerramiento que se había aplazado desde marzo del año pasado. (Alejandro) Char nos había pedido un plazo de 45 días para negociar el lote y dárselo a la comunidad, pero han pasado nueve meses y no hay acuerdo', dijo Amaya Gutiérrez, quien tiene la propiedad del 85% del predio.
La cancha
Por más de 50 años, la tradicional cancha Nueva Granada ha sido hogar y escuela del fútbol en Barranquilla, así como un espacio considerado ‘público’ por la comunidad.
El litigio por su propiedad comenzó hace 27 años con la firma del acuerdo 012 de 1990 que declaraba la utilidad pública del terreno a favor de la comunidad, algo que nueve años después fue derogado por el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de Barranquilla.
La disputa continuó por años, entre tutelas, fallos y un amparo policivo a favor de la Junta de Acción Comunal.
Sin embargo, fue hasta marzo del año pasado que ese lío se hizo visible para los vecinos del barrio y la sociedad en general, cuando agentes de la Policía y el Esmad, así como representantes del Ministerio Público se tomaron la cancha para cumplir con la primera diligencia de encerramiento.
Como era de esperarse, decenas de ciudadanos salieron en defensa de los 8.000 metros de espacio recreativo y luego de una protesta de la comunidad, el Distrito anunció que analizaría la posibilidad de comprar ese predio para el goce legítimo de los barranquilleros.
La negociación
La Alcaldía, a través de Edubar, dio inicio al avalúo del lote para efectos de fijar un precio y proceder con la compra de la cancha.
El resultado de este estudio, según indicó Amaya, fue precisamente la razón que motivó a los propietarios a continuar con su plan de restitución del terreno.
'El avalúo es irrisorio. Nosotros contratamos a un miembro de la Lonja de Propiedad Raíz para el mismo proceso y la diferencia del avalúo es nefasta', dijo la propietaria mayoritaria.
Con respecto a eso, el gerente de Edubar, Ramón Vides, aseguró en entrevista con este medio que 'el avalúo se encuentra en revisión'. Explicó que la tasación del predio se realizó bajo la consideración de que la cancha era un espacio público y no uno privado.
'Seguimos en negociaciones, por eso no está claro la orden de encerramiento si nosotros estamos conversando y nuestro interés en la cancha se mantiene intacto', aseguró Vides.
De no llegar a un consenso, según lo expresado por Amaya, 'nuestro plan sería entonces vender el lote a un nuevo privado para que desarrolle allí sus proyectos de construcción'.