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'Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, pero en mí caso más que amigos, tengo ángeles de cuatro patas que me regaló Dios'. De esta manera describe Diosmari Palacio a los 42 caninos que conviven con ella en su casa ubicada en el barrio Kennedy, en la localidad Metropolitana. 

Entrar a la vivienda de Palacio es encontrarse con cuatro decenas de perros de todas las razas, colores y tamaños, que reciben a las personas entre ladridos y batidos de cola. Estos animales tendrán que ser reubicados por Salud Pública, en un plazo de 45 días, de acuerdo con la orden emitida por la inspectora de Policía que atendió la queja de dos vecinos por las molestias que les ocasionan los malos olores y los ladridos de los canes. 

Diosmari trata de mantener aseadas a sus mascotas y el lugar en el que viven. Los perros están libres por toda la casa, aunque en la noche los divide por grupos: unos ocupan dos cuartos de la vivienda, otros los callejones y los demás están en pequeñas casas que ella misma ha construido en el patio.

Esta barranquillera de 45 años, bacterióloga de profesión, contó que desde hace cinco años dejó de trabajar para dedicarse a recoger perros callejeros y así brindarles servicio veterinarios, alimentarlos y darles un techo. 

Aunque no cuenta con ingresos fijos mensuales, Diosmari aseguró que nunca le ha faltado el alimento ni las medicinas para sus perros. 'Con mi propio esfuerzo compro los alimentos, a veces las personas me fían o recibo ayuda de mis hijos, lo importante es que ellos tengan una vida digna', manifestó. La dueña de los perros agregó que los animales no oponen resistencia al momento de recogerlos, 'pues cuando ellos necesitan ayuda lo hacen saber'.

Diosmari reveló que su sueño es terminar una casa que se encuentra construyendo en el municipio de Sabanalarga para mudarse con sus caninos a ese lugar. 'En estos momentos la construcción está parada, pero poco a poco he ido invirtiendo para terminarla e irme para allá con todos ellos, para que tengan un lugar amplio en el que puedan correr y tener libertad', precisó. 

Aseguró que los 42 perros que están en su casa son felices y no quieren irse para otro lugar. 'Veo en sus rostros agradecimiento. Y aunque sé que están felices conmigo, cualquier persona puede acercarse para adoptar a alguno de ellos, siempre y cuando lo mantengan en buenas condiciones', afirmó. 

De igual forma, manifestó que no le gustaría que las autoridades se lleven a los caninos para otro lugar, pues aseguró que no estarían en las mismas condiciones en que ella los mantiene. 

Molestias

Rafael De la Hoz, quien vive en la casa contigua a la de Diosmari, manifestó que aunque 'admira' la labor que realiza su vecina, tener 42 perros viviendo al lado de su casa le genera molestias diariamente.

Precisó que el fuerte olor que a veces se siente en el patio de su casa y los ladridos en la madrugada, son pan de cada día. 'Admito que las condiciones de salud y el olor ha mejorado, pero en la madrugada los perros sienten un gato y empiezan a ladrar todos al mismo tiempo. No tengo nada en contra de la señora, pero esos animales no pueden estar ahí', enfatizó. 

Por su parte, Clemente Pineda, quien reside al otro costado de la vivienda de Diosmari, informó que interpuso en días pasados una querella en contra de su vecina para que las autoridades realizaran una inspección y verificaran las condiciones en las que viven los 42 caninos. 

'Es una labor titánica la de la señora, pero debe entender que esta es una zona residencial en la que no puede tener esa cantidad de mascotas, por eso los perros deben estar en otro lugar', señaló.