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Cuando muchos duermen ellos pedalean. Para estos ‘ciclistas’ su contrarreloj comienza entre 1:00 y 2:30 de la madrugada. Sus bicicletas no están dotadas como las de los grandes escarabajos de Colombia, pero sí van cargadas de noticias. Telémaco Collantes lleva casi 50 años repartiendo el periódico EL HERALDO en bicicleta. Es el primero en llegar a las oficinas de despacho. Recibe 60 ejemplares. Mientras acomoda los diarios en la parte trasera de la bicicleta, comienza a relatar las experiencias que se encuentra en la madrugada mientras le da rienda suelta a los pedales.

'Soy orgullosamente de Rebolo. Comencé a repartir EL HERALDO desde la época del presidente Guillermo León Valencia. Figúrese si no tengo historia, nadie me echa cuento. Yo vivo de esto, cuando comencé eran tiempos buenos', apunta mientras se acomoda la gorra que luce.

Telémaco cuenta una y otra vez los periódicos. A todo el que llega va saludando y va mostrando a sus compañeros de ruta. 'Aquel que está allá también anda en bicicleta. Hay que hablarle duro, ya casi no escucha. Se llama Agustín y también es uno de los primeros en llegar. Ser voceador no es tarea fácil, ya somos pocos los que quedamos. Pero ajá, los 30 mil pesos que me gano haciendo esto me sirven y hay que seguir tirando pedal', agrega.

A las 2:30 de la madrugada aparece en escena Iván Meléndez, que es más callado que Telémaco. Llega desde el barrio Bella Vista, en Malambo, y antes de acomodar los periódicos se frota las manos. 'Está haciendo como frío', dice, mientras sigue contando.

Iván tiene su propio puesto donde distribuye EL HERALDO, pero antes de llegar a su puesto toma su bicicleta y sale desde la carrera 38 con calle 38 y hace varias entregas.

La ruta

 Antes de llevar las manos a los manubrios, Telémaco se toma un tinto. Se despide de sus compañeros y se monta en la bicicleta. A las 2:50 de la madrugada comienza su recorrido. Sube por toda la calle 46 y su primera entrega la hace en una tienda. 'Ya tiene más de siete años entregándome el periódico', dice la persona que lo recibe.

Con agilidad vuelve a la bicicleta, pedalea despacio y va contando anécdotas. 'Me dicen ‘Cochise’ Rodríguez. Yo solo me río. Yo aquí no me meto con nadie. Las calles están solas, pero yo solo llego y entrego el periódico. En algunas casas me toca tirarlo', apunta el hombre de 67 años.

Antes de hacer su segundo reparto, Telémaco se abastece como lo hacen los ciclistas cuando van en plena competencia. Un jugo de uva y un pan es el alimento que consume. 'Esto es lo que me da fuerza para seguir pedaleando. Ya con esto tengo para seguir dándole', dice en medio de risas.

El trayecto de Telémaco termina en la calle 85 con carrera 65, ahí hace su última entrega. Aproximadamente todos los días recorre 5 kilómetros. 'Estoy terminando como a las 4:30 o a las 5:30. Después de eso regreso a casa. Cuando voy a casa, veo a otros que apenas están comenzando. La mayoría reparte el periódico a las 6 de la mañana, pero yo me acostumbré a hacerlo de madrugada', apunta.

El ‘Nairo Quintana de la 38’

 Ya hace parte de la historia de la carrera 38 con calle 38. Iván Meléndez recorre esta vía todos los días en su bicicleta, pedalea con fuerza y pareciera que en verdad estuviera en una carrera ciclística. Mira hacia atrás como si tuviera el pelotón encima y entonces grita con firmeza: '¡El Heraldooo!'.

'Me dicen Nairo Quintana porque casi no me bajo de la bicicleta. Tengo 35 años repartiendo el periódico así. Con esta cicla tengo siete años. La otra que era mi pechichona me la robaron; esta también ha salido buena', dice alegremente.

Iván hace dos entregas. Su primer recorrido es a las 3:30 a.m. Es un trayecto corto, reparte el periódico en calles cercana. Su verdadero recorrido lo hace entre las 6 a.m. y las 8:30 a.m. Su destino final es en la calle 70 con 48 (en la clínica General del Norte).

'Siempre termina uno cansado, pero para mi edad me mantengo activo y esto nos gusta. Todos los días haciendo el mismo recorrido le da a uno para estar en buen estado físico. No soy Nairo Quintana, pero sí me defiendo en mi bicicleta repartiendo el periódico', sostiene el hombre de 65 años.