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La jornada laboral apenas empezaba para los empleados del centro comercial Único cuando una conflagración hizo evacuar el predio y sus alrededores.

EL HERALDO habló con algunos de los trabajadores del Único, entre ellos Lissette Gutiérrez, quien trabaja en la estética Vargas Stylo Peluquería. La mujer contó que 'le estaba haciendo las uñas a la primera cliente del día. Apenas le había mojado las manos en el agua tibia cuando llegó el guardia a decir que saliéramos'.

Otra testigo del hecho, empleada del local ‘Qué Arepa’ situado muy cerca de donde comenzó la conflagración recuenta que escuchó alrededor de 'diez explosiones de seguido' procedentes de los ductos del aire acondicionado.

'Cuando escuché el primer ‘boom’ agaché la cabeza. Salió una nube de humo inmensa, muy negra del techo y se cayeron unas partes del cielo raso', complementó la mujer.

Muchos trabajadores de los locales se sentaron en los antejardines de las casas y tiendas aledañas al centro comercial. Esperaban la orden oficial de sus empleadores para retornar a sus hogares ya que debido al incendio el lugar permaneció cerrado todo el día.

Un empleado de Ragged, tienda de ropa ubicada al lado de Studio F, afirmó que en la bodega de este local empezó el incendio.

'Salimos del almacén cuando escuchamos las explosiones y vimos a gente corriendo. En dos segundos el fuego llegó a donde trabajamos', explicó el hombre que labora en ese establecimiento comercial. Los tres trabajadores de este local fueron los primeros en evacuar.

Kelly, otra empleada del Único aseguró que el calor hizo que partes del techo cayeran y que había un sonido constante de 'vidrios rompiéndose contra el suelo'.

Sonia Vergara, empleada de un almacén de ropa, señaló que el personal de seguridad del centro comercial inició la evacuación al resto de personas una vez se alertó sobre el fuego.

'Encendieron una grabación con una sirena. Decía que mantuviéramos la calma y que atendiéramos las recomendaciones del personal de seguridad', expresó la joven, en diálogo con este medio.

Por otro lado, Jeison Pérez, vendedor de calzado, dijo que una vez encendieron las alarmas, corrió hasta una de las entradas principales y logró 'ponerse a salvo'.

'Llamé a mi casa para avisarle a mi mamá y a mi esposa que estuvieran tranquilas', anotó.

Pasadas las 12 del día, algunos empleados aprovecharon para almorzar mientras otros partieron rumbo a su casa. A esta hora se declaró terminada la emergencia.

'Yo que venía hoy a vender con todo', se despidió uno de los trabajadores de una tienda de calzado deportivo. Se ajustó el maletín, sonrió y se alejó por la calle 74 rumbo a tomar el bus que lo dejaría en su hogar.