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Molestos se encuentran los habitantes de la carrera 8 y la carrera 21 por el constante e 'insoportable' ruido que generan los establecimientos comerciales del sector durante los fines de semana.

Los residentes de estas zonas aseguran que estos negocios violan semana tras semana las normas establecidas en el Código de Policía, ya que el ruido sobrepasa los decibeles permitidos, ocupan indebidamente el espacio público y generan gran cantidad de basuras en las calles.

A lo largo de la carrera 8, entre la Murillo y la Calle 30, existen más de 30 negocios dedicados a la venta y consumo de licor, muchos de estos se encuentran contiguos a viviendas, quienes soportan cada fin de semana el ruido y las constantes riñas que se generan dentro y fuera de los establecimientos.

Un habitante del barrio Las Palmas, quien no quiso revelar su identidad, denunció que durante el pasado fin de semana, en la celebración del aniversario del estadero La Estación, hubo caos en el tráfico vehicular debido a que se cerró un tramo de la vía.

De igual forma, afirmó que se presentaron diferentes riñas durante el evento, el cual contó con la vigilancia de un gran número de agentes de la policía y el Esmad.

Los estragos del evento se evidenciaron ayer, cuando operarios de la Triple A se encargaban de recoger la gran cantidad de residuos generados durante el fin de semana.

En la carrera 21

El panorama en la carrera 21 es similar, allí los establecimientos ubicados desde la calle Murillo hasta la calle 47D, también generan molestias en los habitantes del barrio El Carmen.

Incluso al pasar por el lugar, varias viviendas ubicadas cerca a los denominada ‘Zona F’ se encuentran en venta, debido a que sus propietarios aseguran que sus casas han perdido valor por el ruido que emiten estos establecimientos los fines de semana.

Jaime Rendón, quien reside a pocas casas de estos 'rumbeaderos', señaló que, aunque el ruido ha disminuido durante los últimos meses, los vecinos del barrio siguen 'sufriendo de insomnio'. 'Estos lugares no deberían existir en estas zonas residenciales, ya que esto genera problemas a los adultos mayores y recién nacidos', manifestó.

Picoteros perseguidos

La Asociación Cultural Pick-Up del Caribe protestó a través de redes sociales debido a que aseguran que la Policía 'no aplica las normas del código por igual'.

Miembros de la asociación señalaron que mientras algunos establecimientos comerciales violan semana tras semana estas leyes, 'la policía solo realiza infracciones, seguimientos y persecución a los picoteros'.

Joaquín Cervantes, miembro de la asociación, señaló que las normas se deberían aplicar a todos por igual y que no se debería 'perseguir' a quienes expresan el arte a través de los Pick-Up.

Por este motivo, pidieron al Distrito optimizar la realización y ejecución de eventos lúdicos, culturales y masivos que cumplan con los requisitos que requieren las autoridades.

Delimitaciones

El general Mariano Botero Coy, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla, señaló que no todas las zonas deben ser consideradas como zonas de rumbas, debido a que esto 'afecta la convivencia pacífica'.

'En la medida en que nosotros controlemos o hagamos respetar el POT ganamos todos', manifestó el comandante, quien además afirmó que no tendría problema si la Alcaldía Distrital o el Concejo de Barranquilla delimitan 'claramente' las zonas de rumba en la ciudad. 'Estas zonas no deberían afectar la tranquilidad de las personas en las zonas residenciales', precisó Botero Coy.

Control urbano: Operativos rigurosos

Con respecto al funcionamiento de los bares y discotecas que se encuentran a lo largo de la carrera 8 y la carrera 21, el secretario de Control Urbano y Espacio Público Distrital, Henry Cáceres, señaló que la Alcaldía llegó a acuerdos con los propietarios de estos negocios para el uso del suelo, en cuanto a la ocupación de terrazas y antejardines. El funcionario afirmó que los operativos son más rigurosos desde la implementación del Código de Policía.