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En la Unidad de Reparación de Víctimas hay inconformismo con respecto a la situación de funcionarios y contratistas frente al tema del ejercicio de reparación, razón que motivó a un grupo de empleados de la Unidad a conformar un sindicato.

La Unidad ha perdido contratistas y capital humano debido a que en distintas ocasiones han cambiado al personal. Funcionarios de grado 9 o grado 11, que se encargan de procesos operativos, llevan casos que tienen alto grado de dificultad, lo que significa para Carlos Andrés Bolaños, presidente del sindicato, que no hay una correspondencia entre la especialidad de los funcionarios y el cargo que desempeñan.

La Unidad de Reparación de Víctimas, según afirma el dirigente sindical, está llamada dentro de los procesos, a reparar a los sindicatos del país, situación que los motiva a hacer un clamor a la coherencia porque su propio sindicato reclama garantías de derecho.

En febrero de este año el sindicato presentó un pliego de peticiones al presidente de la Unidad de Víctimas, Alan Jara.

En el pliego se le pedían garantías para el ejercicio sindical, participación efectiva en la reestructuración que vaya a sufrir la entidad y donde se garanticen los derechos de los trabajadores.

'Que los errores que comete la Unidad cuando saca un contratista que lleva cuatro años de experiencia, los recupere, los subsane y los haga con nosotros. Este año ha sido complicado porque la Unidad no escuchó mucho el tema, no llegó a un acuerdo que sea significativo, abre un espacio para hacernos consulta pero no es suficiente', advirtió Andrés Bolaños.

El dirigente sindical aseguró además que en Barranquilla hay un caso en el que una funcionaria contratista debe cubrir tres departamentos con sus propios recursos y hace seis meses no recibe el pago salarial. Situación que según Bolaños se repite en todo el país porque los contratistas no tienen garantías para viajes y comisiones. Esta problemática se presenta también en los empleados.

'Los funcionarios están saliendo sin comisión porque se les exige que muestren resultados, si trabajas en el área de participación y tienes que reunirte con 42 mesas en un mismo departamento, esas comisiones deben salir de tu bolsillo porque no te están dando la plata', afirmó el dirigente sindical.

No reconocer a los movimientos sociales en el país (entre estos los trabajadores) y un problema presupuestal que se escapa de las manos de los directivos de la entidad, son las principales causas de la crisis.

En sus inicios la Unidad Nacional de Víctimas tenía en sus registros 1 millón de afectados, luego pasó a 4 millones y en la actualidad tiene 8 millones 800 mil víctimas con el mismo presupuesto económico con el que comenzó.

Los bajos recursos económicos le impiden a la entidad garantizar las condiciones laborales a empleados y contratistas, que son quienes cumplen la implementación de políticas para las víctimas. 'El problema es tanto de voluntad política de los directivos de reconocer e incluir los trámites para los derechos y reconocer al sindicato, pero hay un problema de fondo que es el de presupuesto y el de las condiciones en las que está la Unidad'.

Finalmente, el sindicalista dijo que 'deben tener en cuenta a los trabajadores'.