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La existencia de restos óseos, vasijas, piezas de madera, conchas y caracoles son consideradas pruebas científicas de que en el sitio en el que hoy se encuentra el Barrio Abajo de Barranquilla hubo actividad doméstica y comercial desde hace más de 700 años.

De acuerdo con Javier Rivera, profesor de la Universidad del Norte e investigador principal del proyecto arqueológico, 'es muy importante lo que encontramos en el Barrio Abajo, porque nos habla de una profundidad histórica de la ciudad de cerca de 700 años'.

'Va a cambiar la historia y la percepción de la gente sobre la memoria que tiene de la ciudad', expresó Rivera.

Los hallazgos se hicieron en el Par Vial de la carrera 50 desde la calle 48 hacia la calle 45 (Murillo), mientras se realizaban los trabajos de adecuación de la vía para facilitar la movilidad en la zona de influencia de la troncal Olaya Herrara.

Durante dos años de trabajos de excavación en la zona los investigadores hallaron más de 60.000 fragmentos, entre 27.000 piezas de cerámica, alrededor de 19.000 restos de fauna y 10.300 conchas, entre otros artefactos.

Según Rivera, el resultado del análisis de estos materiales y algunos restos óseos humanos, lograron determinar que hubo asentamiento de pueblos indígenas hacía el año de 1220 D.C, en el lugar que ahora es el Barrio Abajo.

Además, indicó que esta ocupación se extiende hasta principios del siglo XVI, fecha que se pudo establecer por el tipo de materiales obtenidos en basureros indígenas. 'Ahí encontramos material español, como cornamentas de vaca, un animal europeo. Nuestra hipótesis es que esos pueblos no tuvieron contacto directo con esos primeros colonizadores. Probablemente esos materiales llegaron ahí por intercambio con otros pobladores', explicó el arqueólogo.