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Mestiza olfatea el pie del extraño y clava su mirada gris en el lente de la cámara. Su cuerpo fornido se congela frente al cristal, como si posara. De repente, con la primera obturación del aparato, lanza con el bozal puesto su ladrido. Grave, fuerte, intimidante como el de cualquier perro pitbull adulto. Entonces su propietario, Didier Epalza Álvarez, la detiene. 'Vamos, vamos', le dice rápidamente, halando el collar que la sujeta del cuello. Mestiza poco a poco se deja acariciar del extraño y las fotos continúan.

Didier, de 26 años, comenta que la escena antes no era posible porque la perra 'tiraba a morder' al primer extraño que se le acercaba. Hace un año mordió a un vecino en un brazo y a él en la mano derecha. En vista de la situación, y porque no quería que su mascota fuese asesinada, se asesoró de profesionales y estudió obediencia básica para perros. Explica que falló por el poco tiempo que le dedicaba a la can para sacarla a pasear y ejercitarla, pero advierte que su preocupación hoy es otra.

'Que se haga por fin un punto en la ciudad para que se cumpla mi derecho y mi deber como propietario de la perra', manifiesta el estudiante de soldadura en una plaza del parque Jardín Botánico, en el barrio La Victoria, suroriente de Barranquilla. La plazoleta queda en la parte trasera de la estación de la Policía Ambiental, donde decenas de pequeños gatos y cachorros juegan unos con otros. A falta de un albergue de protección animal en la ciudad, el Botánico está convertido en un improvisado refugio de animales abandonados y maltratados.

'Aún no sabemos nada sobre el registro ni la póliza que exige la ley', remata el joven dueño.

Desde que entró en vigencia el nuevo Código de Policía, el pasado 30 de enero, que reglamenta una vez más la tenencia de perros de razas consideradas 'potencialmente peligrosas' y una serie de requisitos para sus propietarios, el Distrito tiene seis meses para resolver la aplicación de una póliza de responsabilidad civil extracontractual, el registro de los perros potencialmente peligrosos y el censo poblacional.