Una nueva investigación se abre para entender la causa de la mortandad de 5.000 mojarras rojas (Oreochromis sp) en el lago El Cisne.
Personal del laboratorio de diagnóstico veterinario del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, estuvo en el cuerpo de agua para conducir su propio estudio, luego del revelado por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, el pasado lunes.
Los representantes del ICA tomaron muestras de mojarras lora pescadas, las cuales sí son nativas del lago, para hacerles una necropsia y de este modo determinar el estado de los peces propios del sistema.
Aun se desconoce el origen de las especies perjudicadas, la CRA asegura que corresponde a una siembra espontanea de mojarras rojas que 'se realizó sin el permiso de las autoridades competentes'.
Como parte de la nueva búsqueda, el ICA tomó muestras de agua para medir sus parámetros físico-químicos en tres lugares diferentes de incumbencia: de la orilla, del centro y del origen del lago en el arroyo León.
El representante de esta institución que estuvo presente en el lago prefirió no dar declaraciones de lo que pudo haber pasado hasta tener los resultados del estudio posepisodio, es decir, al término de la patología.
El funcionario no descarta ninguna de las versiones que circulan sobre la contracción de una infección de tipo bacteriano de las mojarras rojas o de una baja oxigenación en las aguas.
Este estudio complementará el que actualmente hace la Autoridad Nacional de Agricultura y Pesca, Aunap, en el laboratorio microbiológico de Barranquilla.
Los resultados del estudio serían dados a conocer el próximo 16 de febrero en desarrollo de un foro en donde se analizarán los conclusiones de la investigación.
Primeros Estudios. La CRA ya había ejecutado una investigación durante los 12 días en los que se presentó la emergencia sanitaria, que comenzó a evidenciarse a principios de enero.
El resultado final del diagnóstico: necrosis, congestiones y hemorragias en branquias y cambios de tipo degenerativo en el hígado de los peces afectados.
Lo anterior, según el análisis realizado por el especialista en patología, José Clavijo, se causó por 'las altas cargas de materia orgánica' e 'introducción de peces no nativos', dos factores que generan estrés en los peces, especialmente en la búsqueda y competencia por conseguir alimento.
Las patologías, que provocaron nado errático de las mojarras y enrojecimiento de sus escamas, obedecieron a la afectación de la bacteria ‘aeromona schubertii’, que convive de manera natural con los peces en estos sistemas, pero que permite el desarrollo de enfermedades en cultivos o especies no nativas.
La Universidad del Atlántico también condujo un estudio hidrológico a cargo del investigador Luis Carlos Gutiérrez, líder de ‘Biodiversidad del Caribe Colombiano’, quien resaltó el hallazgo de una remoción alta de sedimentos generada por el movimiento de la masa de agua y de las corrientes de brisa en este periodo de tiempo.
'Esto está ligado a las condiciones de temperatura, que han bajado en el sistema y que provocan surgencia (ascenso de las aguas) por lo que la materia orgánica sube', explicó el experto.
El estudio universitario revela además que los niveles de materia orgánica del lago se encuentran disparados.
'Encontramos altas cantidades de nitrato y de fósforo soluble, sustancias normales en sistemas con agua residuales. En cuanto al oxígeno en el día los niveles están estables, pero de noche son muy bajas y se les dificulta respirar a los peces', manifestó Gutiérrez.
En lo anterior discrepó Nicolás Renowitzky, representante legal de la firma contratista Ambbio, que trabaja en la recuperación y tratamiento de aguas de El Cisne.
Sobre la calidad del agua, destacó que esta se encuentra en 'tan buenas condiciones que podría llegar a potabilizarse para que los visitantes del lago beban agua de este sistema'.
Por último, Renowitzky descartó que la cantidad de peces muertos alcancen los 5.000, cifra que consideró 'demasiado elevada'.