Entre el primero de enero y el 30 de noviembre de 2016, 2.570 menores de edad murieron en Colombia como consecuencia de accidentes prevenibles y otros 779 resultaron lesionados por causas semejantes. Así lo reveló un informe presentado por la organización independiente Save The Children, respaldado en cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
En el Atlántico se registraron 96 decesos y 18 lesiones prevenibles en el mismo período, según el documento que dio a conocer la ONG, que hace presencia en más de 119 países a nivel mundial. Las principales víctimas tienen entre 15 y 17 años, con 1.050 casos reportados; luego aparecen los que están en el rango de edad entre 0 y 4 años, con 901 episodios.
Aunque no existe un estudio similar de 2015 que permita comparar las estadísticas de un año y otro, el informe refleja la magnitud de este tipo de incidentes si no se toman los recaudos necesarios para evitarlos.
El hogar es el espacio en que se presenta la mayor parte de estos percances y, en segundo lugar, está la vía pública. De igual manera, en el informe está consignado que cada tres horas llega a Medicina Legal un menor por cuenta de un accidente evitable.
Uno de estos casos ocurrió hace dos meses en el barrio La Magdalena, en Barranquilla. Una mujer –quien no quiso revelar su nombre– contó que su hijo, de 4 años, se tragó una moneda de $50 mientras ella limpiaba la terraza de su vivienda, ubicada en la carrera 6A con calle 41. Según su relato, el menor 'aprovechó un descuido' para cometer la chiquillada.
Eran las 11:00 de la mañana cuando el pequeño alertó a su progenitora, diciéndole que sentía dolor estomacal. La mujer creyó que se trataba de una indigestión hasta que su hijo le avisó que había ingerido la pieza metálica redonda. Afirmó que lo llevó a un puesto de salud cercano, donde le realizaron lavados intestinales para inducir la evacuación del cuerpo extraño.
Sin embargo, debieron esperar hasta el día siguiente para que el menor expulsara el pequeño disco. Hoy, después de aquel susto, la madre aseguró que 'la lección está aprendida' y reconoció que ese tipo de hechos pueden acarrear consecuencias lamentables.
Detalles del informe. Entre el primero de enero y el 15 de diciembre del año pasado, según el informe, se habían reportado 116 menores de edad víctimas de lesiones por pólvora. Los departamentos con mayor número de casos reportados son Antioquia y Valle del Cauca, seguidos por Cauca y Cundinamarca.
La directora de Save The Children Colombia, María Paula Martínez, explicó que un accidente prevenible se ajusta, dentro de la definición del Código de Infancia y Adolescencia, a elementos como descuido, omisión o negligencia en los que los niños quedan expuestos a incidentes que no pueden considerarse 'fortuitos'.
'Por ejemplo, cuando los niños entran a la cocina y se queman con una olla de agua caliente o aceite. También cuando manipulan la pólvora, entran a una piscina y se ahogan o están solos en un balcón sin la supervisión de un adulto. Por eso, debemos poner atención y proteger a los niños y asegurar sus derechos', agregó Martínez.
En el documento de la organización independiente se lee que 'cuidar y proteger a las niñas y a los niños es un mandato que recae en la familia, en la sociedad y en el Estado'. Sin embargo, cada día dos personas menores de edad mueren en accidentes prevenibles y 18 quedan heridas. 'Las personas suelen asociar los accidentes a hechos fortuitos que deben pasar, pero lo cierto es que la mayoría de las muertes o lesiones accidentales pudieron evitarse'.
La directora nacional de la organización señaló que 'si la cuestión radica en la prevención, es una 'obligación compartida' como sociedad evitar las muertes y las lesiones. Además –dijo– es necesario tomar estos datos para la formulación de políticas públicas tendientes a la prevención de estos acontecimientos que fatales o no, 'pudieron ser evitados'.
Factores de riesgo. El almacenamiento inadecuado de sustancias y elementos para la limpieza del hogar y otros usos también pueden convertirse en factores de riesgo para los menores. En ese sentido, algunos de los productos implicados son detergentes, ácidos (clorhídrico, nítrico, sulfúrico, muriático); soda cáustica, hipoclorito de sodio y solventes (creolina o varsol, por ejemplo).
En ese grupo, con base en el criterio de químicos y farmaceutas, también aparecen cosméticos, como lociones, productos de maquillaje, tintes o quitaesmaltes. Otros elementos de uso común, como cerillas, termómetros, crayones, plastilinas o bolsas aromatizantes de ropa, pueden representar un peligro, especialmente para menores de cinco años, si no se mantienen fuera del alcance de los niños.
El toxicólogo Agustín Guerrero Salcedo explicó que en el caso de los detergentes, debido a su escasa absorción intestinal, la ingesta puede ser asintomática o producir vómitos y diarreas. Esto ocasiona deshidratación y pérdida de electrolitos, calcio y magnesio, lo que a su vez produce alteraciones musculares y tetania.
En cuanto a los productos de limpieza, por su condición corrosiva y cáustica, pueden producir ulceraciones cuando son ingeridos en la mucosa oral, esófago y estómago. Asimismo, pueden provocar situaciones que comprometen la vida por cuenta de una perforación de órganos.
'En estos productos, el espectro sintomático es amplio y oscila desde casos asintomáticos a situaciones que comprometen la vida del enfermo. Por lo general, hay dolor en boca y faringe, salivación, deglución y habla dolorosas; dolor abdominal, vómito con sangre –a veces–, diarrea sanguinolenta, dificultad respiratoria, hasta shock', agregó el especialista.
Por otra parte, si un menor inhala los vapores de los hidrocarburos, sus pulmones se afectan hasta el punto de complicarse por una eventual neumonía.