La pólvora siguió siendo protagonista en la Noche de Velitas en Barranquilla, pese a la lucha que libran las autoridades para frenar su comercialización y uso. Tanto la administración del Departamento como la del Distrito anunciaron medidas para controlar su venta indiscriminada, sin embargo, anoche, durante la celebración, en muchos sectores se escucharon estallidos de totes, voladores, triquitraque, entre otros, elementos explosivos que fueron vendidos sin mayor control.
En un recorrido que hizo EL HERALDO por el Centro de la ciudad se pudo ver cómo algunos comerciantes todavía expenden pólvora de manera clandestina en distintos puntos.
En los alrededores del Paseo Bolívar, a primera vista no se advirtió nada fuera de lo normal. Los vendedores de faroles y velitas ofrecían a los transeúntes, ayer de mañana, su mercancía, mientras la canción Las cuatro fiestas sonaba en diferentes parlantes de locales comerciales. Por ser diciembre, el Centro mostraba un agite más acelerado de lo normal. Voceadores invitaban a las personas a entrar a los negocios para aprovechar las ofertas de fin de año.
A un costado de la Plaza de San Nicolás, un vendedor que ofrecía a $800 los últimos faroles que le quedaban, dijo que aunque él vendía chispitas mariposas, sí sabía que más adelante se podía obtener. A una cuadra de allí, varios comerciantes regañaban a un compañero por exponer descaradamente pólvora. Le decían que podría perjudicarlos si algún policía lo veía. Los uniformados estaban en cada esquina del lugar pero la muchedumbre se prestaba para tapar las ventas ilegales.
En la calle 31, un vendedor ofrecía chispitas a $12.000 la docena de cajas, y a $8.000 los 100 totes. La mercancía –afirmó– 'ha subido de precio por los operativos que realiza la policía', lo que ha hecho más difícil encontrar a personas que vendan al menudeo.
También dijo que la festividad de la Noche de Velitas ha perdido importancia y que 'el negocio no se mueve como antes'. Se adentró a una calle y se perdió entre los locales. Minutos después apareció con la mercancía envuelta en una bolsa negra.
El mismo proceso lo hizo con otra persona, pero no se pudo concretar la venta por el aviso de un compañero que vio metros más adelante el ingreso de un patrullero.
Al seguir caminando, las calles se tornaron más estrechas por la gente que iba y venía, y la venta de pólvora se hizo más común y casi que descarada. En algunos puestos, junto a frutas y verduras se exponían las cajas azules con amarillo de las conocidas chispitas. Igualmente volcanes por $4.000, papeletas de triquitraque por $2.000, volcanes a $4.000, 12 voladores a $8.000 y luces de bengala a $6.000. Las mallas negras que van de puesto en puesto y cubren los rayos del sol no alcanzaban a ocultar la comercialización de la pólvora.
En otros sectores, las explosiones se escuchaban como una invitación a los transeúntes para comprar.
Igualmente, muchas fueron las personas que se acercaron con curiosidad para ver los productos. Algunos solo preguntaban por el precio, otros querían saber qué era cada cosa, y otros tantos sí compraron. Uno de ellos aseguró que 'no es siete de diciembre si no se tira pólvora’.
Medidas
En el marco del Consejo de seguridad, la Gobernación del Atlántico estableció unos compromisos frente al plan de la Policía para este fin de año, ‘Navidad Segura y en Paz’ en el que se dispuso el aumento del control de la comercialización de pólvora y de balas perdidas.
Como parte de esas medidas, este miércoles fue sellado el establecimiento Pirotécnicos del Caribe por fraude a Resolución Judicial, según confirmó Guillermo Polo Carbonell, secretario del Interior del Departamento.
Otra de las medidas que tomaron, según Polo Carbonell, fue el de dictar charlas obligatorias a quienes fueran a comprar pólvora a Pirotécnicos El Vaquero, en Soledad. 'Todas las personas que se acerquen a comprar pólvora a El Vaquero deben primero pasar por una charla de veinte minutos que dictará el cuerpo de bomberos, expertos antiexplosivos y funcionarios de la secretaría'.
El funcionario agregó que la estrategia se está acompañando con un incentivo económico para la Policía. 'Son $40 millones que daremos al rubro de recompensas de la policía para que sean entregados a aquellos uniformados que demuestren resultados operativos de incautación de pólvora ilegal y artesanal', dijo. Estos incentivos, aseguró Polo, se verán reflejados en bonos Sodexo Pass.
Prioridad a niños y adolescentes
El Distrito anunció que realizará campañas preventivas y operativos de control que irán hasta el 31 de diciembre, para priorizar la protección de niños y adolescentes. En las jornadas pedagógicas se tocarán temas sobre el uso de la pólvora, juguetes bélicos y juegos de suerte y azar. Además, sobre las ventas de bebidas alcohólicas a menores de edad y las restricciones de horario.