'Si los chinos comen perro, ahora que nosotros no comamos chigüiro', dijo Édgar Molina, un taxista de Barranquilla, al referirse con gracia al llamado ‘gato por liebre’ del negocio ilegal de carnes que también ‘digiere’ la Región Caribe.
A su compadre en San Jacinto (Bolívar) un vecino lo convidó a probar, supuestamente, la 'exquisita' carne de venado. Terminó tan deleitado, cuenta Molina, que al día siguiente le preguntó sobre cuándo podría repetir la receta para la familia.
'José, el vecino, le respondió a mi compadre que cuando quisiera, que solo tenía que cazar otro gato en el monte', relata entre risas Molina, quien lleva más de 17 años en el gremio taxista.
En Barranquilla, el negocio de comercialización de carnes de animales silvestres resulta ‘jugoso’ pero prohibido. Es el caso del chigüiro, una especie protegida.
De acuerdo con el artículo 328 del Código Penal Nacional, es un delito el ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables y quien incurra en esto deberá pagar de 48 a 108 meses en prisión y una multa de hasta 35.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Si la especie se encuentra amenazada o riesgo de extinción, la pena tendrá un aumento de una tercera parte a la mitad.
'A pesar de todo dicen que esa carne es rica', replica Molina.
El negocio
Una pata de chigüiro mezclada con otros tipos de carne en el mercado público de Barranquilla es usada como señal de venta. Una libra de un ejemplar adulto, que puede pesar 30 kilos, se vende a $16.000. La carne de res, por su parte, tiene un precio aproximado de $10.000 la libra.
El intendente de la Policía Ambiental, Ever González, explica que el secreto está en lo 'apetecida'.
'Es una carne muy selectiva y muchas perso nas la consideran exótica en el paladar, el problema es que ellas no tienen muchas cosas en cuenta', manifiesta.
Con el fenómeno de El Niño, que trajo consigo sequías, una población incalculable de estos animales murió. Hace dos años, solo en el departamento del Casanare, desde donde trasladan gran parte de los chigüiros a Barranquilla, cerca de 6.000 perecieron por los efectos del cambio climático.
'Muchos otros se desplazaron hacia otros lugares. No quiere decir que estén en vía de extinción, pero sí que debemos tomar todas las medidas de control', explica el intendente.
Así también lo considera la bióloga del Zoológico de Barranquilla, Andrea Echeverry, quien asegura que 'la única amenaza es la cacería ilegal' y sin una debida regulación, 'estaríamos alterando esa dinámica natural'.
De acuerdo a las recientes investigaciones de la Policía, al menos 15 establecimientos del mercado comercializan ilegalmente la carne de chigüiro.
En la ciudad, en lo corrido de este 2016, se han decomisado 20 mamíferos, 12 menos que el año pasado en ese mismo período.
En La Magola, los conocedores dicen 'siga derecho que encuentra'. Los comerciantes reconocen la venta de lo que también denominan 'ponche', pero ante el riesgo, optan por esconderla.
En una mesa corroída de madera, unas pezuñas del roedor revelan su presencia. Junto a ella, sin embargo, está extendida una carne de res. Los olores por la cercanía del caño y las moscas, también hacen compañía.
'Teníamos ponche pero ahora está escaso y no hay porque no ha llegado', dice el propietario del local. Sus vecinos, sin embargo, lo dejan al descubierto.
'Eso es que está precavido y lo tiene bien escondido', revela una vendedora cercana. 'A mí me ofreció varias libras esta mañana', cuenta.
Modus operandi
Según el mayor Leonardo Patiño, jefe del grupo de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana, los comerciantes ilegales de la carne de chigüiro han 'avanzado' en sus métodos para vender la mercancía.
'Antes la carne era visible para todo el que pasara, pero ahora, ante las reacciones de las autoridades, ellos guardan todo o lo mezclan'. La estrategia les permite el ‘gato por liebre’, explica Patiño.
'Se sabe que es chigüiro por los casquitos que tienen en las patas. Pero ellos por lo general combinan la carne de esta pata con otra, como la del caballo', advierte.
Riesgos sanitarios
Consumir carnes de animales silvestres que no cuenten con todas medidas sanitarias puede transmitir enfermedades y generar intoxicaciones.
De acuerdo con la bióloga Echeverry, alimentarse con carnes de especies 'sin desparasitaciones ni vacunaciones es igual a comer carne contaminada'.
Para preservar la salubridad, el viceministro de ambiente Mauricio Mira, destaca que la única forma de consumo permitida es a través de los zoocriaderos, que son espacios destinados a la cría y los cuales 'deben cumplir con toda la normatividad ambiental y sanitaria vigente'.
No es el caso de Barranquilla, enfatiza el mayor Patiño, quien reconoció además que no se cuenta con 'las herramientas necesarias' para disponer de los recursos naturales decomisados.
Los productos cárnicos decomisados, por ejemplo, no tienen un lugar destinado. 'Procedemos con la quema o sepultura de estos', informa.
Formas de consumo
'Preparar chigüiro es lo más sencillo', confiesa una cocinera del mercado público de Barranquilla, quien prefirió no revelar su identidad.
A su restaurante, asegura, llegan decenas de clientes en busca de todo tipo de carnes de animales silvestres.
'Acá preparamos venado, conejo, guartinaja (especie de roedor), armadillo e hicotea', cuenta.
Los platos vienen 'con de todo', acompañados de arroz con coco, ensalada, patacones y yuca, y dependiendo del animal se fijan los precios. El plato de guartinaja y de ponche son los más costosos: $30.000 y $40.000 respectivamente.
Para preparar este tipo de 'carne magra', la mujer precisa que se asegura de que dure una hora hirviendo, puesto que 'el olor es muy fuerte y debe cocinarse bien'.
Lo prepara guisado, en leche de coco, asado y desmechado, dice.
'Todos saben, pero se quedan callados'... para disfrutar del ‘jugoso’ chigüiro.
Hydrochoerus hydrochaeris
El Chigüiro, también conocido como ponche o jomo (en los llanos orientales), es el roedor más grande del mundo. Puede pesar desde 30 hasta 60 kilos y se reproduce casi todo el año. Es un herbívoro selectivo y se alimenta en ocasiones de sus excrementos. Suele vivir en manada y habitar en regiones de climas tropicales y templados, lo más cerca al agua.
¿Qué dice la ley?
Es considerado un delito, de acuerdo con el artículo 328 del Código Penal (modificado por la Ley 1453 de 2011), el ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables. En el caso particular de la fauna silvestre, según el Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente, es necesario tener un permiso previo para el ejercicio de la caza de fauna silvestre, salvo si es por subsistencia. La excepción también aplica a los zoocriaderos que cumplan con la normativa ambiental y sanitaria.