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Una carga de agua negra con un olor nauseabundo sale de un caño conectado a una finca y se deposita en el arroyo El Embrujo. El líquido oscuro lleva encima una nata blanca a la que se adhieren las moscas y los mosquitos y sigue lentamente el curso hacia el destino que le han marcado la gravedad y la geografía del territorio: la laguna de El Guájaro.

El embalse padece también con una de las sequías más fuertes que ha azotado al país en los últimos 25 años, producto de un prolongado fenómeno de El Niño, y ha llegado a 2,68 metros, su nivel histórico más bajo.

A este problema ambiental, se une una quema sistemática de los terrenos que han ido apareciendo a medida que el agua ha ido cediendo espacio, en la margen que limita con Repelón. Algunos pescadores de la zona dicen que es para ir sembrando mientras regresan las lluvias; otros que es para obligar a las icoteas e iguanas a salir de los matorrales y darles caza.

Esos dos problemas, junto a la posibilidad latente de que las aguas negras de El Embrujo terminen en el cuerpo de agua, ponen en riesgo el precario equilibrio ambiental del agonizante embalse.

El Embrujo

Pedro Consuegra atraviesa cada día en su bicicleta el puente El Embrujo para ir a trabajar en una parcela donde intenta cultivar yuca, maíz y batata.

A medida que se acerca al arroyo que pasa por debajo del paso a nivel, suelta una mano del manubrio y se la lleva a la nariz para evitar inhalar el fétido olor que despide el riachuelo.

'No he podido acostumbrarme a ese olor a muerto, aunque paso todas las mañanas. Lo peor es coger por aquí apenas uno acaba de comer', comenta el campesino a poco metros del lugar.

En un recorrido que hizo EL HERALDO, se encontró que un zoocriadero de babillas aledaño al arroyo vierte aguas residuales sin ningún tratamiento.

La Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) reveló que funcionarios hicieron una visita y descubrieron que un establecimiento denominado Agrozoocría está evacuando aguas negras sin permiso.

'Iniciamos una investigación formal porque no tienen una autorización y estamos adelantando un proceso sancionatorio', explica Alberto Escolar, director de la corporación.

Por esta infracción, la empresa podría ser multada hasta con 5.000 salarios mínimos diarios legales vigentes (unos $114.909.150) y la suspensión del vertimiento.

'Como hay una irregularidad que tiene conexo unas obligaciones, como es la de revertir el daño, es decir, hacer el tratamiento a las aguas residuales y descontaminar lo que contaminó, ya sea limpieza y control de olores', agrega el funcionario.

Quemas incontroladas

Otra situación que se está presentando en los alrededores del embalse, es la quema incontrolada de plantas y árboles secos.

Hernando del Río lleva 20 de sus 58 años pescando en la zona y conoce 'las malas mañas de algunas personas' para conseguir alimentos. El hombre asegura que esta actividad, aunque irresponsable, está justificada porque las personas no están consiguiendo su alimento de El Guájaro y tienen que recurrir a otros métodos.

'Lo que hacen es que queman para espantar a los animales y los atrapan. Luego los venden o se los comen. Es que la situación está crítica', cuenta el pescador.

Sobre esto, Enrique Escobar, alcalde de Repelón, asegura que 'la Policía no cuenta con las herramientas necesarias para combatir estas quemas'. Por eso su pedido es a la autoridad ambiental para que tome medidas al respecto como 'hacer más presencia en la zona y capacitar a la gente para que deje de hacerlo'.

El director de la CRA indica que 'no es solo la caza ilegal, sino también lo posibilidad de que causen un incendio forestal que afecte a la población cercana'.

Explica que adelantarán dos acciones concretas: el control al tráfico en apoyo con la Policía ambiental y la prevención de incendios dotando a los bomberos de las herramientas necesarias.

El agua se evapora

El titular de la corporación afirma que por el impacto de El Niño, el embalse está perdiendo 750.000 metros cúbicos diarios de agua que se evapora, lo que equivale a 300 piscinas olímpicas con medidas estándar.

Para mitigar este problema, se ha convenido con la Gobernación el uso de motobombas desde la zona de El Porvenir para llevar agua desde el Canal del Dique que al menos 'estabilice la pérdida de agua', indica Escolar.

Distritos de riego del embalse, a la espera de soluciones

Hundido en el fango que se forma en la orilla del embalse, a la altura de Repelón, Melquíades Cabello intenta abrir un canal con una pala. El camino de lodo es para poder subir las canoas hasta la parte seca, sin embargo siente que su trabajo es 'en vano' porque, aunque están dentro del agua, el nivel de la laguna no permite que floten en esa zona. Es precisamente esa cota tan baja de 2,68 metros la que no permite que los distritos de riego del sector sean alimentados con agua. Cabello señala con cada paleada que 'el problema más grande es que no hay qué darle a beber al ganado ni con qué regar los cultivos'. Con la experiencia de sus 46 años y en un último impulso de la herramienta sentencia: 'lo que se viene es hambre para esta región'.

La misma preocupación tiene Enrique Escobar, alcalde entrante de Repelón. El mandatario asegura, sin lugar a dudas, que la situación más apremiante la está viviendo la zona rural, por lo que están en alerta naranja. 'Para el distrito de riego no hay agua y no hay manera de bombearla por el bajo nivel del embalse', explica Escobar. Argumenta que uno de los principales obstáculos que han encontrado para paliar la situación es que no encontraron un plan de contingencia ni de manejo del riesgo por parte de la administración anterior, 'a pesar de que el Gobierno Nacional pidió desde agosto que las administraciones municipales los elaboraran', apunta Escobar.

La solución más inmediata para el municipio fue acudir a la Gobernación para solicitarle asistencia y maquinarias que les permitieran hacer una limpieza en la bocatoma de la caseta del distrito de riego, sin embargo el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) consideró que era imposible usar esa maquinaria porque el nivel del embalse está muy por debajo del necesario para hacer ese trabajo. Para el mandatario de Repelón la situación se agrava cada día más debido a que los jagüeyes se están secando, no cuentan con pozos artesanales profundos 'y si se llevan las reses hasta el embalse se corre el riesgo de que muchas se pierdan la quedar atolladas'.

Puso un límite de 10 días para pasar de alerta naranja a roja en los distritos de riego. Sobre la situación, Alberto Escolar, director de la CRA, manifiesta que dentro del plan de contingencia se destinaron $2.000 millones para bombear agua desde el Canal del Dique a El Guájaro, incluyendo la interventoría. 'No podemos permitir que el nivel llegue a 2,40 metros porque no podríamos bombear agua a los distritos', expresa el director.