Cuando Juana se enteró de que Ariadna Gutiérrez no era la nueva Miss Universo, sino la filipina Pia Alonzo por un polémico error del comediante, Steve Harvey, decidió que este representaría el nuevo ‘año viejo’ de la familia.
Dice que quemarlo pondrá fin a la rabia colectiva. A olvidar un compartido sentimiento de estafa entre su esposo, Jesualdo Duarte, y sus cinco hijas: Yineth, Mariluz, Norelis, Ana y Angélica Duarte. En menor medida, a dejar atrás cualquier mala energía o pesar del año saliente.
'Tras que había perdido Junior esa noche, sale este señor con eso. Qué indignación', comenta Juana, ama de casa de 55 años, mientras Yineth calza los zapatos de un vecino al monigote. La noche del 19 de diciembre, cuando supuestamente una colombiana se había convertido por tercera vez en ‘la mujer más hermosa del Universo’, un grito unísono se escuchó en el hogar de los Duarte, en el barrio Nuevo Horizonte de Soledad. Angélica, una de sus hijas, salió a correr con la bandera de Colombia por la cancha de arena del sector, mientras las cuadras se transformaban rápidamente en un carnaval. Al final todo calló a los cuatro minutos.
Hoy, en la terraza de la casa, ‘Steve’ aguarda en un viejo mecedor el nuevo año. Mide un metro con setenta centímetros de alto, no tiene brazos y lleva un peto con el mensaje: 'El cagón. Sorry Miss Colombia. Ariadna para Colombia tú eres Miss Universo'.
Angélica acomoda con cuidado los zapatos, Juana extiende el peto para que el mensaje se vea y Yineth pone a un lado una botella vacía de aguardiente. Advierte que todo año viejo debe irse con 'su botellita'.
Pero ante el cuidado de las mujeres, a ‘Steve’ se le ve con la boca entreabierta, las cejas alzadas y la mirada pequeña. Refleja preocupación.
Las artífices explican entre risas que se trata del sentimiento de culpa y la incinerada que padecerá el primero de enero. Su cuerpo está hecho con ropaje viejo y papel periódico, pero no contiene pólvora. Durante los 10 años que Juana realiza ‘años viejos’ afirma que nunca ha tenido problemas con las restricciones de las autoridades. Este muñeco en particular solo le tomó 30 minutos para confeccionarlo. Tal destreza se debe más a la experticia artesanal que al afán de ver pronto incinerado al muñeco.
'Al quemarlo se va el odio contra él. Nos olvidamos de que eso señor nos quitó la corona, de que nos robó. Será cosa del pasado', comenta Juana al tiempo que le da varias palmadas en la cara al ‘viejo año Steve’.