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Dentro de la turbulenta agenda política del 2015, las elecciones regionales y los momentos más tensos que ha vivido el proceso de paz en tres años de negociaciones con la guerrilla de las Farc, un hecho sobresalió y se posicionó como el más trascendental para la historia reciente de Colombia: un apretón de manos que significó un paso definitivo para avanzar en la búsqueda de la paz en el país.

Los protagonistas de este apretón de manos fueron el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las Farc, Rorigo Londoño Echeverry, alias Timochenko, dos líderes antagonistas, enemigos y diametralmente opuestos que representan dos caras de un conflicto que ha durado más de 50 años entre el Estado y la insurgencia. Por este apretón de manos, los dos son considerados por EL HERALDO como los personajes del año a nivel nacional.

El encuentro se produjo el pasado 23 de septiembre en La Habana, Cuba, sede de las negociaciones de entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc.

Ese miércoles el país se despertó con la noticia de que Santos se dirigía a Cuba para anunciar un acuerdo al que se había llegado con las Farc sobre el modelo de justicia transicional, uno de los temas más espinosos del proceso.

La contraparte difundía, a tu turno, imágenes de ‘Timochenko’ en La Habana. El comandante guerrillero había llegado en la madrugada. Era la primera vez que se conocían fotos suyas desde la capital cubana.

Santos comunicó a través de su cuenta de Twitter que antes de llegar a Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) haría escala en Cuba para reunirse con los negociadores del proceso de paz.

'La paz está cerca', trinó entonces el Presidente, mensaje que reiteró una vez se conoció el acuerdo parcial sobre justicia transicional, que creó la Jurisdicción Especial para la Paz y estableció los mecanismos de juzgamiento y las penas a las que los jefes guerrilleros y toda la insurgencia se enfrentarían una vez terminado el conflicto.

Hacia las 3:15 de la tarde aterrizó en el avión presidencial en el que iba una selecta comitiva integrada por ministros, congresistas y algunos periodistas, que viajaron con Santos al trascendental encuentro.

Con el presidente llegaron el ministro de Justicia, Yesid Reyes; los presidentes del Senado, Luis Fernando Velasco y de la Cámara, Alfredo Deluque; los congresistas Iván Cepeda, Roy Barreras, Antonio Navarro, Horacio Serpa y Telésforo Pedraza; el exnegociador de paz Álvaro Leyva y los exmagistrados Juan Carlos Henao y José Manuel Cepeda.

El anuncio, que fue dado ante más de tres mil periodistas de todas partes del mundo que pacientemente esperaban en el Palacio de Convenciones de La Habana, se conoció hacia las 5:30 de la tarde, hora en la que Santos y ‘Timochenko’ salieron de una reunión privada en la que se ultimaron los detalles de sus intervenciones.

Plazo para firmar. Entre los resultados de la reunión estaba una respuesta a la expectativa ante el plazo que se le pondría al proceso, una petición en la que diferentes sectores políticos del país habían insistido ante las dificultades que el proceso había enfrentado en los meses previos por el recrudecimiento de los combates entre ambos bandos.

Este fue otro hito histórico en un día lleno de primeras veces: por primera vez Santos se reunía con el máximo líder de las Farc públicamente; por primera vez un proceso de paz llegaba a un acuerdo sobre justicia y por primera vez se conocía una fecha para terminar el conflicto, 23 de marzo de 2016, exactamente seis meses después del apretón de manos.

La imagen que fue portada de todos los medios nacionales y los principales del mundo tuvo una tercera parte protagonista: el presidente cubano Raúl Castro, quien propició el histórico momento.

Después de los anuncios, cuando Santos se preparaba para retirarse de la mesa que compartía con Castro y ‘Timochencko’, el mandatario cubano lo rodeó con su brazo, mientras con el otro hacía lo propio con el líder guerrillero. Santos extendió su mano para despedir a Castro y mientras ‘Timochenko’ se apresuró a tomar la mano de Santos que aún estaba extendida.  

Finalmente fue Castro el que reafirmó el saludo y unió las manos de los antagonistas, ante la sonrisa del comandante guerrillero y la expresión un tanto incómoda de Santos. La foto hace parte de los anales de la historia.

Lo que vino después. A pesar del sonado anuncio sobre el acuerdo de justicia, al quinto punto de la agenda –las víctimas– todavía le quedaba un camino largo para ser acordado.

Como lo predijo Santos antes de divulgar lo acordado, 'no todos quedarán contentos', y las críticas y polémicas no se hicieron esperar.

El acuerdo ha tenido como principales enemigos al partido Centro Democrático, encabezado por el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez, quién reiteradamente lanzó críticas por la 'impunidad' que se le estaría otorgando a las Farc.

También, desde la guerrilla llegaban mensajes contradictorios. El grupo afirmó que lo divulgado no era la totalidad del acuerdo y que, por lo tanto, el plazo de seis meses que se pactó para las Farc aún no había empezado a correr.

Sin embargo, la guerrilla y el Gobierno iniciaron después de ese crucial 23 de septiembre una serie de acciones conjuntas que continuaron despejando el camino hacia la firma final de la paz.

El 10 octubre ‘Timochenko’ anunció que las Farc suspendían el reclutamiento ante los avances del proceso de paz; siete días después, por medio de un comunicado conjunto, guerrilla y Gobierno presentaron un acuerdo para la búsqueda de los desaparecidos durante el conflicto.

El final de ese mes tuvo tres nuevos avances importantes. Por un lado, las Farc se comprometieron a entregar los restos de las personas que murieron en su poder; por el otro, se abrió la posibilidad de que el cese al fuego bilateral pudiera decretarse entre mediados de diciembre y el 1º de enero de 2016.

En noviembre ‘Timochenko’ dio la orden a todos los frentes de las Farc de suspender la compra de nuevo armamento y Santos, por su parte, anuncia 30 indultos para guerrilleros presos por rebelión y delitos conexos como gesto de construcción de confianza.

Todos estos avances le dieron un impulso definitivo al proceso y el pasado 15 de diciembre se logró superar definitivamente el quinto punto de la agenda, las víctimas, lo que encausa las negociaciones a su recta final.

De la Calle y Márquez dejan la paz a un punto de su firma

Exactamente dos meses y veintidós días del encuentro protagonizado por el presidente Juan Manuel Santos y ‘Timochenko’, sus representantes en la mesa de diálogos, Humberto De la Calle, por parte del Gobierno, y alias ‘Iván Márquez, por las Farc, sellaron, también con un apretón de manos, el penúltimo punto de la agenda de los diálogos de paz, aquel que venía siendo discutido hace un año y medio y que el pasado 23 de septiembre, en el histórico encuentro entre el presidente y el líder de las Farc fue divulgado parcialmente.

El acuerdo de víctimas, dentro del cual está contemplada la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) e instaura todo el modelo de justicia transicional para el posconflicto, así como los mecanismos de reparación de las víctimas, se dio a conocer en su totalidad el pasado 15 de diciembre, con la reiteración, por parte de De la Calle del icónico mensaje de Santos: 'La paz está cerca'.

Resuelto el punto de víctimas, a las negociaciones les resta un camino corto, pero no menos complicado. El último punto, el fin del conflicto, plantea retos importantes que deberán ser sorteados el próximo año. ¿Dónde se concentrarán las Farc luego de la firma del acuerdo final? ¿Cómo será la dejación de las armas? ¿Qué mecanismo se implementará para refrendar los acuerdos? Son algunas de las preguntas que debe responder el último punto en la agenda, sobre el cual se trabajará, paralelamente, en la mesa de diálogo desde principios de 2016 por medio de una subcomisión técnica de la cual hacen parte militares activos.