Los días de Antonio Pallares, quien desde hace 38 años cumple su oficio de zapatero en una acera de la carrera 36 con calle 31, transcurren a pocos pasos de la iglesia San Roque. Por el tiempo de estancia en el mismo sitio, dice que su vida sería 'extraña' si en algún momento decidiera abandonar el espacio que durante casi cuatro décadas ha ocupado.
Un dejo de nostalgia se refleja en su voz mientras recuerda viejas épocas del segundo templo más antiguo de la ciudad, el cual fue inaugurado en 1857 luego de cuatro años en construcción. No obstante, admite sentirse alegre al observar la renovada apariencia de la parroquia a cargo de la congregación salesiana.
'Me gusta cómo está quedando la iglesia. Se ve bonita así, llena de color y vida. En la noche se ve más iluminada y, por eso, también está bajando la inseguridad. Ojalá terminen pronto los trabajos para que mucha gente vea su nueva cara', dice.
El encanto de la parroquia de San Roque de Montpellier es incuestionable. Su arquitectura neogótica, evidenciada en la magnitud de sus torres y la amplitud de su cúpula, son elementos que engalanan su imponente presencia. De la misma manera, sus puertas en madera tallada y los arcos en forma de ojiva, se conjugan para complementar su atractivo.
Recuperación
La secretaria de Infraestructura del Distrito, Nury Logreira, sostiene que, así como se trabajó en la construcción de la plaza San Roque, era preciso 'recuperar' la estructura del templo. En ese sentido, indica que 'la intervención que se le hizo a la iglesia no se trató de un trabajo a profundidad, sino un mantenimiento preventivo'.
De acuerdo con la funcionaria, las labores de refacción de la parroquia están avanzadas en un 90 por ciento y estima que antes de concluir el presente año serán culminados y entregados. Estos trabajos conllevan el mantenimiento de ventanas y estructuras de madera, además de pintura e impermeabilización.
Algunos ciudadanos que frecuentan los alrededores de este sector se preguntan cuándo 'arreglarán' el costado situado sobre la carrera 36. La respuesta, en palabras de la secretaria de Infraestructura, es que permanecerá tal cual luce en este momento.
'Ese tramo –dice– conservará su forma inicial. Cuando se hacen estas intervenciones relacionadas con recuperación de edificaciones patrimoniales, se deja un testimonio de cómo se encontró, originalmente, el bien'.
Logreira anota, igualmente, que se trata de una zona con una tradición antiquísima para los barranquilleros, la cual ha sido habitada por conciudadanos de diversas generaciones.
'Estamos hablando de una iglesia que, histórica y patrimonialmente, tiene una gran importancia para los barranquilleros. La idea es que la visiten y puedan acceder de una manera fácil y cómoda a un sitio tan bonito como este templo', agrega.
La inversión para el proyecto de refacción de San Roque, con base en datos de la cartera de Infraestructura, asciende a $1.500 millones, aproximadamente.
Calidad del entorno
Entretanto, la secretaria de Control Urbano y Espacio Público, Diana Amaya, señala que en la plaza San Roque se construyeron 32 módulos, en los cuales se reubicarán 30 vendedores. Uno ha sido destinado para el Centro de Atención Inmediata (CAI) de la Policía Metropolitana y el restante se reserva para eventos institucionales.
Sobre el cobro por uso de las casetas, advierte que los vendedores pagarán una 'tarifa de ocupación de espacio público'. Sin embargo, asegura que se les concederá un 'período de gracia mientras ellos restablecen sus condiciones socioeconómicas'.
Amaya sostiene, asimismo, que el proyecto de renovación de entornos implica brindar a los barranquilleros una mayor cantidad de espacio público y que, obras como esta, se multipliquen para seguir embelleciendo la capital del Atlántico.