Pese a la tragedia, Luis González, padre del bebé muerto por el ataque de un pitbull, atendió EL HERALDO en la terraza de su actual residencia mostrando mucha templanza y serenidad. De esa hora fatídica (10 a.m.) y ese amargo 8 de diciembre recuerda cada instante con su hablar pausado.
Diez Segundos mortales
González contó que su bebé había pasado, por lo menos, una hora y media en un sueño profundo al cuidado de su madre en una cama-cuna, a pocos metros de su cuarto.
De acuerdo con su relato, el instante en que sobrevino la tragedia para él y la mujer con la que lleva dos años compartiendo la vida, solo duró escasos 10 segundos y por más que ha vuelto a repasar una y otra vez en su mente el fatídico momento, aún no le ha encontrado una explicación lógica al sorpresivo ataque del can.
'Yo estaba arreglando el cuarto, mi mujer estaba al lado del niño', explicó González. Enseguida hizo una pausa y enfatizó en que 'el bebé nunca estuvo solo'.
'El perro estaba conmigo en el cuarto y de repente salió y no le dio tiempo a nadie de hacer nada. Cuando yo reaccioné ya tenía al niño, y me enfrenté a él a trompadas para que lo soltara. Le di puños hasta que lo soltó y luego me mordió, pero logré quitárselo, me lo llevé hasta el cuarto, lo revisé y salí corriendo para el hospital con mi niño en los brazos', relató.
Sin rencores
En relación con Lukas, el pitbull de dos años de propiedad de una tía de su esposa y que en este momento se encuentra en el centro de la polémica, González asegura que no le guarda rencor, que durante los 8 meses que él y su esposa compartieron el mismo techo con el animal, nunca se mostró agresivo y tampoco durante los 19 días de vida de su pequeño, solo hasta el momento del funesto suceso. 'Qué puedo hacer ahora contra ese animal... ¡Nada! Rencor no le guardo a nadie porque soy cristiano. Se ha dicho que fue que el bebé lloró y eso no fue así, que el perro estaba entrenado para matar gatos, falso también. Si lo piensan sacrificar como piden algunos, la verdad ya eso le corresponde es a la entidad competente. Nosotros ahora estamos dedicados a sanar esta herida, y no sabemos cuánto tiempo tiene que pasar'.
Sin explicación
Este conductor de bus de servicio público asegura que por más que lo piensa, no se explica qué pudo haber pasado, 'la mala hora siempre va a estar presente y no tengo claro si fue que lo asustaron o que estaban lanzando ‘tiritos’ de mecha o si fue que lo confundió con otra cosa, no sé... El perro nunca se mostró agresivo con el niño ni con nadie en la casa'.
El bebé finalmente perdió la lucha contra la muerte a las 2:45 de la tarde del 8 de diciembre tras varios intentos de los médicos y especialistas por recuperarlo de las fuertes lesiones de las que fue objeto. Primero recibió atenciones en el Camino del barrio Simón Bolívar y finalmente murió en el Camino Universitario Adelita de Char. A las 10 de la mañana del jueves fue sepultado en el cementerio Universal.
El can permanece en observación por 15 días que van contando desde el 9 de diciembre. La Secretaría de Salud descartó que el animal esté infectado con rabia. Está bajo la custodia de la Policía Ambiental. Una vez se termine este periodo de observación se definirá qué va a suceder con el animal, de acuerdo con los resultados que arrojen los estudios sobre su comportamiento y estado de salud.
'Si pudiera comunicarme con él le diría que su mamá y yo lo amamos mucho, aunque solo estuvo con nosotros 19 días, lo amamos mucho...', dijo González. Y rompió a llorar.